Pero no fue él quien llevó la voz cantante en la presentación estelar. La fiesta precedida de bombos y platillos estuvo a cargo del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el director del Consejo Económico, el exbanquero Gary Cohn. Fueron los encargados de montar el tinglado y hacer los anuncios que les llevó sólo 20 minutos.
El plan tiene tres ideas básicas: reducción generalizada de impuestos, simplificación del código fiscal y crecimiento económico. En el impuesto federal a la renta de las personas físicas, todos los contribuyentes verán caer sus aportes. Hasta ahora el máximo impositivo era del 39,6% en este capítulo. Con la reforma se reduce el número de tramos de siete a tres, que estarán en el 10%, 25% y 35%. De lo que no hay información es sobre qué volumen de renta corresponderá a cada tramo, como tampoco los protagonistas dieron detalles sobre la reforma en sí.
El desaguisado es tal, que nadie sabe cómo se van a financiar estas reformas, que pueden hundir aún más la economía de EEUU. Tan es así que Palma Cané señala que en estas reformas "hay un alto grado de improvisación del Gobierno de Trump, que va avanzando a los saltos, por impulsos, y no se ve un plan integral".
Había una propuesta que finalmente Trump dejó de lado: el Impuesto con Ajuste Fronterizo, o BAT por sus siglas en inglés, para gravar con un 20 por ciento las importaciones a Estados Unidos y dejar de penalizar las exportaciones de artículos estadunidenses. Esto amenazaba con llevar a una fuerte batalla que traspasaría los muros del Congreso.
No obstante, algo de sangre llegó al río… al río canadiense. El presidente norteamericano anunció una carga impositiva compensatoria del 20% a las importaciones de madera desde Canadá para proteger los intereses de sus compatriotas productores.
Al respecto, Luis Palma Cané incide en que esto es por parte del mandatario norteamericano "un vaivén de lo que no hago y de lo que hago, o lo poco que hago, y de una necesidad de anunciar medidas como esta de la fuerte rebaja fiscal".
"A mí me preocupan todas estas idas y vueltas, esto que algunos adeptos a Trump dicen que es un pragmático, y yo creo que no es pragmático, sino que es confusión mental de lo que hay que hacer", zanja el economista.