Así, el presidente de la institución, el italiano Mario Draghi, avisó que el programa de compra de deuda se extenderá hasta marzo de 2017, "o más allá si es necesario". Pero esto ocurrirá tras la esperada reunión del próximo 8 de diciembre.
El anuncio fue hecho tras la última reunión de la institución, que fue precedido de un suspense de autoría del pope que provocó una confusión en los mercados. Y es que comenzó su conferencia de prensa que en la reunión no se había discutido sobre la prórroga de la compra de bonos, pero que, no obstante, su previsión era de una inflación al alza. ¿Cuál fue la reacción de los inversores tras estas primeras palabras? Vender bonos.
Luego de este pequeño ruido, hizo el anuncio de lo que ocurriría tras la reunión en diciembre. Y fundamentó su insistencia en una subida de la inflación en el hecho del acuerdo al que llegó la OPEP de congelar la producción de petróleo, lo que hará que el precio del barril de crudo no vuelva a desplomarse a 30 dólares.
Para el economista argentino Luis Palma Cané, lo importante es que se haya acordado la continuación de relajamiento monetario y destaca algo más sobre el anuncio de Draghi: que en cualquier caso, la tasa de interés se mantendrá en los actuales niveles por un tiempo bastante prolongado, incluso después de que termine la política de expansión monetaria. O como diría Draghi, "más allá si es necesario".
En opinión de Luis Palma Cané, esto hará que se amplíe el margen para suponer que el actual nivel de tasas estará vigente por lo menos durante todo el año 2017. Por lo tanto, sostiene Palma Cané, queda claro que el Banco Central Europeo continuará con una política acomodaticia, monetaria o flexible, hasta que por lo menos empiece a vislumbrarse un poco más que la inflación se está acercando al 2%, que es el objetivo de la entidad.