El ministro saudí de Petróleo, Khalid al Falih, declaró: “las diferencias entre los países de la OPEP sobre los niveles a los que debemos congelar la extracción, se están reduciendo”. A renglón seguido explicó que se baraja permitir “que Libia, Nigeria e Irán produzcan a los niveles máximos que tenga sentido”. Y por supuesto, éstos estarían en torno a los actuales.
“Estoy aquí por el Foro Internacional de la Energía y para una reunión informal y consultativa con el deseo de cambiar los puntos de vista”, atinó a decir el ministro iraní del Petróleo, Bijan Zanganeh.
En este sentido, el profesor de Economía Política de la Universidad del País Vasco, Joaquín Arriola, sostiene que “la situación actual de Oriente Medio no es la más favorable, donde hay una disputa por la hegemonía de la región, en la que los tres principales actores son Turquía, Arabia Saudí e Irán, más allá de los actores externos a la región”.
En la medida en que haya una situación convulsa es muy difícil que en esa zona, una de las principales productoras de petróleo, se llegue a un consenso, salvo que otros grandes productores, como pueden ser Nigeria, Venezuela o Rusia, logren mediar en el conflicto que se plantea entre el interés petrolero que debería llevar a un acuerdo entre estas potencias para fijar cuotas, y el conflicto político que lleva más bien a lo contrario, es decir, que impida el acuerdo, opina el economista.
Por otra parte, Venezuela fue la principal impulsora de la medida. De hecho, los miembros de la OPEP accedieron a la propuesta venezolana y llegaron a este consenso para reducir la producción diaria de crudo. Así lo informó el mismo miércoles el ministro de Petróleo de Venezuela, Eulogio del Pino.
José Rafael Revenga, analista internacional venezolano, señala que los medios en su país han reflejado un auténtico alivio por parte del Gobierno de Nicolás Maduro por el preacuerdo. No obstante, el experto indica que esta noticia “tiene un carácter de burbuja que puede ayudar a que los precios del crudo no desciendan por debajo de 45 dólares el barril”.
Los países productores, opina José Rafael Revenga, “se acercaron tanto al borde del precipicio que se asustaron y llegaron al preacuerdo” que debe ratificarse el próximo 30 de Noviembre.