Joaquín Arriola señala que la inversión a largo plazo está tocada porque desde hace una década la productividad en los países desarrollados está estancada, con el consiguiente estancamiento de la rentabilidad de las empresas industriales. A esto se suma la expectativa por las subas de los tipos de interés de la FED, por lo que la rentabilidad de los productos monetarios mejora con respecto a los productos de la bolsa, opina Arriola.
En este sentido, los analistas Goldman Sachs han rebajado sus previsiones sobre las acciones de los índices de EEUU y de Europa, ya que esperan un cambio de posicionamiento de los inversores que se tornarán más 'bearish', debido a la necesidad de un entorno económico más favorable.
Joaquín Arriola indica que todo apunta a que en los próximos meses los índices de bolsa, la cotización media de las acciones, descienda, tanto por el problema estructural de los fundamentos de la falta de rentabilidad de las empresas, como por la competencia que le van a hacer otros productos monetarios, si suben las tasas de interés.
Con respecto a las materias primas, Arriola afirma que “lo que ocurre es que están por los suelos, por lo que la expectativa normal es que empiece a subir en la medida en que una región u otra del planeta mejore la expectativa de crecimiento, con lo cual es el momento de invertir en materias primas”.
Tras acusar el golpe del Brexit, Ajay Rajadhyaksha, jefe de investigaciones macro de Barclays, desaconsejaba invertir en bolsa pues la coyuntura está provocando un entorno económico y financiero menos benigno, sobre todo en lo que se refiere a acciones, que cada vez se tornan menos atractivas para los inversores.
Joaquín Arriola opina que en esta ocasión, “en lugar de buscar un cabeza de turco en Medio Oriente, América Latina, o Asia, lo han encontrado en Inglaterra. Brexit es la palabra que sirve para justificar la falta de claridad en los análisis y en la comprensión de la realidad profunda de lo que está ocurriendo”.
El economista no cree que el Brexit tenga un impacto negativo en la economía mundial, y sobre todo no va a contribuir al reajuste de precios de los activos, pues precisamente el Banco de Inglaterra va a tardar bastante más que la Reserva Federal o el Banco Central Europeo en subir sus tipos. Pero sí que dentro de unos meses “será muy útil para decir que nos encontramos con una nueva recesión por culpa del Brexit”, concluye Arriola.