En 2017, el PIB de Estados Unidos aumentará en un 2,1%, según predice la analista financiera. Al mismo tiempo, en el 2016, la tasa de desempleo cayó hasta 4,4%, mientras que la Reserva Federal elevó las tasas de interés en dos ocasiones, recordó Orlova.
Así, Trump había propuesto asignar un billón de dólares para el desarrollo de la infraestructura y la construcción en el país, pero más tarde se supo que el término de ejecución de dicho importe se iba a extender por cerca de 10 años. Además, la reforma fiscal del mandatario es fuertemente criticada por ser contraria al objetivo de reducir el déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos.
La inversión y el crecimiento económico de EEUU van a sufrir por la política de Trump, señala la experta.
"Los intentos artificiales de controlar el déficit comercial van a perjudicar la inversión y el crecimiento, y la implementación de los proyectos del presupuesto amenaza con aumentar aún más el déficit en cuenta corriente, ya sustancial", dice Orlova. El debilitamiento de la moneda estadounidense podría ser una consecuencia muy probable de la política económica del nuevo presidente, concluye.