Según el medio ruso, el Repellent, que ha sido desarrollado por el Centro de Ciencia y Tecnología para la guerra electrónica de Rusia, es capaz de detectar automáticamente y neutralizar a los aviones espía. Lo hace suprimiendo sus canales de control con ayuda de fuertes interferencias direccionadas.
Aleksandr Sarkisian, director general del Centro, informó que la próxima etapa del proyecto es desarrollar una versión portátil y desarmable del sistema para que pueda ser desplegado rápidamente en lugares públicos cuando sea necesario.
Gracias a una estación única de inteligencia electrónica supersensible, el Repellent es capaz de detectar blancos aéreos pequeños, a través de sus señales de control, a una distancia de más de 35 kilómetros.
Además, el complejo antidrón ruso dispone de sus propios sistemas de soporte de vida, así que los militares que lo controlan desde su interior están protegidos no solo contra proyectiles, sino también frente a armas químicas y biológicas.