Antes de los acontecimientos del Euromaidán, el complejo militar-industrial ucraniano realizaba trabajos de desarrollo, producción y puesta al servicio de armamento y maquinaria bélica, y también efectuaba sus suministros fijos, señala el autor del texto, Dmitri Sergéev.
El alto nivel de desarrollo militar se debía a que, tras el colapso de la Unión Soviética, la quinta parte de la industria de defensa de la URSS —2.000 entidades donde trabajaba un millón de personas— recayó en Ucrania.
Tras el Euromaidán, creció drásticamente la retórica antirrusa. En el año 2014, Ucrania rompió la cooperación técnico-militar con Rusia al prohibir el suministro de sus propios productos a las fábricas del complejo de defensa ruso, así como la compra de componentes para su producción militar desde Rusia. Como resultado, una serie de fábricas ucranianas no pudieron seguir el trabajo, informaron los medios.
Las reservas soviéticas están casi agotadas, y para fabricar nuevos cartuchos, proyectiles y minas, la Defensa de Ucrania simplemente no dispone de recursos necesarios, argumenta Sergéev.
En este contexto, las actuales autoridades ucranianas anuncian la restauración de la industria de defensa del país y se plantean un nuevo objetivo estratégico: la transición a los estándares de la OTAN. Para lograr esta meta, Ucrania cerró una serie de acuerdos con la Alianza. No obstante, el "apoyo" de los estados-miembros de la OTAN no supera el nivel de conversaciones y declaraciones.
Tema: Ayuda militar y suministro de armas a Ucrania
"Los eventos únicos, como la participación de las tropas estadounidenses en los ejercicios conjuntos con los ucranianos, se representan en calidad de cooperación militar a gran escala. Mientras que los encuentros con los generales de la OTAN se ven por la parte ucraniana como unas negociaciones con perspectivas de futuro".
"Muchos expertos coinciden en que el único beneficio para Occidente de la cooperación con Ucrania en el ámbito militar es la oportunidad de ampliar el mercado de ventas y al mismo tiempo deshacerse de los trastos militares acumulados en sus propios almacenes", declara Sergéev.
Mientras tanto, la entrega a Ucrania de los anhelados misiles antitanque Javelin FGM no se realizó. Según algunos datos, los estadounidenses se niegan a trasladar gratuitamente a nadie unas armas tan costosas —de hasta 250.000 dólares por unidad—. La parte ucraniana insiste precisamente en ese tipo de relaciones militares, observa el columnista.
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El experto militar opina que cientos de empresas de defensa de Ucrania cooperaron con las entidades militares rusas. "Hoy en día, todos los lazos están rotos, por lo que las empresas ucranianas apenas alcanzan a sobrevivir, realizando pedidos únicos y raras reparaciones".
Rusia tiene todas las posibilidades de prescindir de los suministros procedentes de Ucrania, opina Jodarénok. Pero nadie necesita la producción de las empresas del complejo militar industrial ucraniano, concluyó.