"Hace algún tiempo muchos expertos, yo incluido, pensamos que la economía había tocado fondo o, en otras palabras, superado lo peor de la crisis; sin embargo, los datos de noviembre reflejan un nuevo empeoramiento", cita el diario ruso Nezavisimaya Gazeta una entrevista del exministro.
Además, "la devaluación del rublo aún no ha repercutido del todo sobre los precios del consumidor". "La inflación el año que viene será unos 1,5 puntos porcentuales más alta que el pronóstico oficial del 6,4 por ciento", afirma.
A diferencia de 1998 –año cuando Rusia entró en impago y vivió una crisis económica sin precedentes de toda su historia postsoviética– ahora no hay capacidades libres para impulsar la producción, aunque sí se observa evolución positiva en algunos sectores orientados al extranjero e incluso en los orientados al interior, sobre todo, debido a la devaluación del rublo y la contracción de las importaciones, señala Kudrin.
El economista también cataloga como negativas las consecuencias de las restricciones que Rusia impuso a Turquía por el derribo del Su-24.
"Una interacción abierta entre los países importantes es siempre un factor adicional de crecimiento" y "la barrera proteccionista para restringir las importaciones afirmando que 'así produciremos más' es triste", dijo.