Además, el proyecto de ley menciona los métodos –ya abolidos– de lucha contra el homosexualismo en la Unión Soviética, donde se castigaba con hasta cinco años de cárcel, o incluso hasta ocho, en caso de agravantes.
El abogado Serguéi Zhorin comentó a Izvestia que las medidas propuestas por Nikitchuk y su coautor no violan la Constitución u otras normas del derecho.
“Pueden enmarcarse bien lógicamente en el sistema legal. De hecho, las preferencias sexuales y la orientación son cosas privadas de cada individuo. Yo, por ejemplo, no suelo pregonar a los cuatro vientos que me gusta el sexo oral”, afirmó.
La abogada y mujer transgénero María Bast comentó a su vez que la iniciativa de los comunistas “no es digna de unos izquierdistas de verdad” y es poco probable que la Duma rusa le dé luz verde.
“No creo que la mayoría parlamentaria lo permita, máxime en medio de los intentos de recuperar las relaciones con la Unión Europea”, expresó.