Actualmente la única manera de acceder a la base espacial rusa que realiza como promedio cuatro lanzamientos al año es formando parte de una delegación oficial, así que el mercado turístico en torno a Baikonur, estimado en unos 1,5 millones de dólares anuales, funciona gracias a "enchufes".
A cada lanzamiento pueden asistir unos 120 invitados, explicaron al diario representantes de dos empresas que organizan esas visitas. El 90 por ciento de los integrantes de cada grupo son extranjeros que pagan hasta 5.700 dólares por una estancia de cinco días en el cosmódromo.
Roscosmos quisiera regularizar los viajes a Baikonur que por ahora son caóticos y dependen de las relaciones personales entre toruoperadores y responsables de la base, dijo una fuente próxima a la agencia espacial.
"Las autoridades desconocen el número y el perfil de los turistas que visitan el cosmódromo, en la mayoría de los casos les hacen pasar por miembros de las delegaciones oficiales de aquellos países que han contratado el lanzamiento", explicó.
La directora en funciones de Tsenki, Ranojmón Dzhuráyeva, destaca que el proyecto "busca mejorar la calidad de servicios turísticos y elaborar itinerarios interesantes, de precio y contenidos variados".
Al mismo tiempo, Dzhuráyeva reconoce que hay una limitación relevante: los hoteles cerca de Baikonur tienen capacidad máxima de 300 personas, cupo que suele reducirse en días de lanzamientos por las visitas de técnicos e invitados oficiales.