Según el rotativo, el proyecto de modernización de Kazajistán, bautizado Cien Pasos y presentado por el presidente Nursultán Nazarbáev de cara a las elecciones presidenciales, se va configurando.
Para atraer las inversiones extranjeras, Kazajistán planea crear en Astaná un centro financiero que operará en inglés y tendrá tribunales independientes.
El diario señala que este centro podría ser un 'polígono' para la reforma judicial, que prevé establecer tribunales especiales que estudien asuntos sobre inversiones y un consejo internacional para introducir los avances mundiales en el sistema legal.
El plan Cien Pasos contempla también la creación de un aparato estatal compacto, competente y cómodo para los ciudadanos, lo que exige la selección rigurosa de funcionarios, el control de sus ingresos y gastos y el condicionamiento de sus salarios a los resultados del trabajo.
Las nuevas reformas tienen grandes posibilidades de tener éxito gracias a la voluntad política de funcionarios jóvenes y bien educados, que representan un grupo importante en Kazajistán, opina el orientalista Vladímir Malashenko, citado por Vedomosti.
Según el experto, estos burócratas tienen conciencia de que el actual modelo económico y administrativo del país asiático es obsoleto y abogan por construir un nuevo Estado similar a Singapur o Malasia, ideas que de momento se encuentran apoyadas por el presidente, por lo menos, siempre y cuando no pongan en peligro su poder personal.
