"Los acuerdos de Minsk no preven la llegada a Ucrania de cascos azules de la ONU porque Petró Poroshenko estaba entonces tajantemente en contra", explica Serguéi Stankévich, experto de la Fundación Anatoli Sobchak.
Según el analista, Bruselas no podía aprobar la misión sin el visto bueno de Kiev tampoco.
Pero "tras la catástrofe de Debáltsevo, la postura de Ucrania ha cambiado y Kiev llama a la ONU a realizar una operación de mantenimiento de la paz (en el este del país)", señaló.
Agregó que la presencia de los pacificadores "reforzará Minsk-2".
"Su llegada garantizará la separación de las fuerzas de los bandos enfrentados, la creación de una zona desmilitarizada y el control sobre ella", opinó Stankévich.
Por su parte, Andréi Kortunov, director del Consejo ruso de Asuntos Internacionales, se preguntó si los cascos azules para Ucrania serán enviados por la ONU.
"Los de la UE serían inaceptables para Moscú que no considera a Bruselas un jugador imparcial", señaló.
Además, según el experto, Rusia puede rechazar los intentos de desplegar cascos azules en la frontera ruso-ucraniana, pero sí miraría con buenos ojos su presencia en la zona de seguridad a ser creada en Donbás.