Según indican los corresponsales del rotativo, la población en general resistió ante las especulaciones de bancos y no se dio al pánico ante el drástico cambio de la cotización de la moneda rusa. El miércoles las cotizaciones oficiales eran de 61,15 por un dólar y 76,15 por un euro.
El precio más alto de la divisa comunitaria fue registrado en Ekaterimburgo, Rusia central, donde alcanzó 130 rublos. Por lo tanto, en las instituciones bancarias de la ciudad no había colas para comprar euros.
Los empleados de algunos bancos, para ahorrar en la compra de nuevos paneles, escribían las tasas de cambio con rotuladores en hojas de papel.
En Kaliningrado, oeste del país, el euro y el dólar costaron 110 y 73 rublos respectivamente, lo que sin embargo no impidió a los ciudadanos realizar el cambio.
Mientras, en la ciudad de Múrmansk, en noroeste ruso, se agotaron ambas divisas occidentales en los bancos y empezaron a operar los cambistas de dinero callejeros.
En el Lejano Oriente varios bancos suspendieron o limitaron la venta también por el déficit de dólares y euros. Allí centraron la demanda ciudadana el yuan chino y el yen japonés.
Se prevé que las cotizaciones del rublo se estabilicen para finales de esta semana, según opinó el economista Nikita Máslennikov en entrevista a Rossiyskaya Gazeta.