Los ministros de Exteriores de la OTAN, reunidos ayer en Bruselas, se centraron en la situación en torno a Ucrania y en el empeoramiento de las relaciones de Moscú con Occidente, publica Nezavisimaya Gazeta.
Pese a la gravedad de la crisis ucraniana, la mayoría aplastante de los cancilleres descartó la posibilidad de una nueva Guerra Fría, aunque los países bálticos y Polonia volvieron a expresar su preocupación por el comportamiento de Rusia en el conflicto.
Temen que Moscú aplique contra ellos las tácticas a que recurre respecto a Ucrania. Por eso la reunión de ayer giró en torno a las medidas que la alianza puede contraponer a las tácticas de Rusia.
Un funcionario de la OTAN dijo a este rotativo que "Rusia abonó terreno para hacer más intensivo nuestro trabajo".
Tras la reunión de la comisión Ucrania-OTAN, el jefe de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, dijo a medios que Kiev renuncia al estatus del país no alineado y puede ingresar en la OTAN. "(…) respetamos esta decisión", remarcó.
Al mismo tiempo, destacó que le corresponde a la parte ucraniana tomar la decisión definitiva sobre la adhesión a la OTAN. "Respetaremos la decisión de Ucrania de presentar la solicitud en el caso de que sea adoptada", enfatizó Stoltenberg.