Los rusos comienzan a sentir las consecuencias del embargo agroalimenticio que Rusia impuso por un año a los países occidentales, pero están preparados para aguantarlas, según se desprende de un sondeo que cita el martes el diario Vedomosti.
El reciente estudio de la encuestadora rusa Centro Levada indica que el número de los ciudadanos que apoyan las contramedidas rusas a las sanciones de Occidente ha bajado del 78% al 73% desde agosto pasado.
También ha disminuido el número —del 63% al 52%— de los que afirman no tener ningún inconveniente por las "antisanciones" a la hora de hacer las compras.
Al mismo tiempo, casi se ha duplicado desde agosto el porcentaje de los que se han dado cuenta del alza de los alimentos, del 35% al 64%.
Sin embargo, según el director adjunto del Centro Levada, Alexéi Grazhdankin, los rusos están preparados para soportar estas vicisitudes.
"La mayoría considera razonables y adecuados los pasos que dan los dirigentes del país en medio de las sanciones antirrusas y atribuye el alza de los precios a la presión sin precedentes a que Rusia se ve sometida actualmente", comentó Grazhdankin a Vedomosti.
A la vez, considera muy improbables los motines de subsistencia en Rusia pues la población está en relativa calma y no muestra agresión, afirma.
