La Rada ucraniana dio luz verde el martes al decreto del presidente Petró Poroshenko que prevé la movilización de unos 20.000 reservistas para reforzar las tropas que participan en la operación especial en el este. Es una señal de que el líder ucraniano, quien llegó al poder con un discurso moderado, acabó cediendo a presiones y apostó por la fuerza para zanjar el conflicto armado en regiones colindantes con Rusia, constata Kommersant.
La movilización parcial fue declarada en 24 regiones del país más la capital y se llevará a cabo durante 45 días tras la entrada en vigor del decreto.
Según los militares, la medida busca en primer lugar asegurar la rotación de efectivos en la zona de la operación especial en el este y reforzar algunas unidades.
“Los que se llamarán a las filas ahora defenderán las fronteras del país, tanto en el este, como en el sur, en la región de Crimea”, explicó.
Según expertos, el anuncio sobre la movilización de reservistas corrobora el triunfo de las fuerzas del entorno de Poroshenko que apuestan por la fuerza para aplastar el conflicto en el este.
“Inicialmente, Poroshenko se posicionaba como un representante del “partido de la paz”, dice el politólogo ucraniano Mijaíl Pogrebenski.
Agregó que el presidente está sometido a muchas presiones por parte de los partidarios de la solución militar del conflicto, que exigen “no detenerse a mitad del camino, no hacer concesiones a “separatistas” y aplastarles”.
Entre los partidarios de la “mano dura” con los independentistas figuran tanto parlamentarios, como oligarcas, activistas del Maidán y países extranjeros como EEUU, precisa Kommersant.
