El nuevo Gobierno indio quiere que su país sea sede del Banco de Desarrollo del BRICS que el grupo prevé crear en la cumbre de Brasil en julio como alternativa al Fondo Monetario Internacional. Los expertos advierten que por ahora la nueva institución no dispone de recursos y prestigio necesarios para desafiar a los gigantes de la banca transnacional, comenta Nezavisimaya Gazeta.
Nueva Delhi pretende también que el primer director gerente del futuro banco sea indio. De esta forma, el nuevo Ejecutivo encabezado por Narendra Modi busca aumentar el peso de su país en el escenario internacional.
Por otra parte, estas pretensiones indias confirman que las cinco economías emergentes se toman muy en serio la puesta en marcha de su propia institución financiera, destaca el diario.
El pasado 30 de mayo, el BRICS dio un paso importante hacia la creación del banco al acordar tras intensos debates una participación equitativa en el proyecto. De esta forma, cada uno de los países aportará 10.000 millones de dólares de capital y otros 40.000 millones en garantías para poder captar fondos en mercados internacionales.
Se prevé que el acuerdo de constitución del banco se selle el próximo 15 de julio en presencia de los líderes de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica durante la cumbre en Fortaleza, en el país sudamericano. A continuación, el documento deberá ser ratificado por los Legislativos de los cinco países.
Al comentar la iniciativa del BRICS, la directora de Mercados Financieros de la Universidad de Columbia, Stephany Griffith Jones, auguró en declaraciones a The Financial Times que el banco “podría jugar un papel importante para satisfacer la demanda de inversión en las infraestructuras y el desarrollo estable de países emergentes", una demanda valorada en casi un billón de dólares al año.
Por su parte, Aljazeera se aventuró a afirmar que la nueva institución podrá competir en breve con el FMI y el Banco Mundial.
El doctor en Economía Víctor Rastiánnikov considera no obstante que al banco del BRICS todavía le queda un largo camino por recorrer para asegurarse un lugar destacado en los mercados financieros, reto para el cual no dispone ahora de recursos suficientes ni prestigio necesario.
