Juan Carlos I anunció la histórica decisión de abdicar después de casi cuatro décadas del reinado. Su hijo, el príncipe Felipe, deberá consolidar la sociedad española y afrontar los nuevos retos, como la posible consulta independentista en Cataluña, escribe hoy Kommersant.
El diario subraya que la decisión estuvo precedida por una serie de escándalos en los que se vio involucrada la Casa Real, en particular, la polémica cacería en Botsuana y la imputación del yerno y la hija de Juan Carlos por fraude fiscal y blanqueo de dinero.
Al mismo tiempo, Kommersant destaca el papel clave de Juan Carlos en la pacífica transición de España de una dictadura a una democracia.
La abdicación del rey se produce en un momento muy delicado para la monarquía española, cuando esta recibe sus peores notas en las encuestas entre la población. No obstante, los sondeos citados por el rotativo muestran que la mayoría de los españoles (el 62%) apoya la ascensión al trono del príncipe Felipe que se estaba preparando para este papel durante sus 46 años.
En un mensaje televisado, el rey de España explicó que "hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana".
Agregó que su sucesor, el príncipe Felipe, “tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado”.
Los expertos consultados por Kommersant coinciden en que uno de los principales desafíos del nuevo monarca español, el actual príncipe de Asturias, serán la modernización económica del país y la preservación de su integridad territorial.
Según otro diario ruso, Vedomosti, Juan Carlos es un vivo ejemplo de la importancia de la monarquía constitucional en la vida de un país.
El periódico señala que durante su largo reinado, “el rey ‘trabajó’ solo unos días, pero fueron días clave en la historia de la España postfranquista”.
