La decisión del Gobierno nipón de reanudar las operaciones en las plantas nucleares del país abre la puerta a las importaciones de uranio poco enriquecido desde Rusia y también podría servir de impulso para proyectos conjuntos de ambos países en el sector atómico, escribe Izvestia.
“Se abre ante los exportadores rusos una posibilidad de reemprender el suministro de uranio poco enriquecido del que se fabrica el combustible para centrales nucleares. Está previsto además el desarrollo de la correspondiente infraestructura”, señaló el portavoz de la corporación estatal rusa Rosatom.
Una fuente de la compañía rusa Tejsnabexport (TENEX) coincidió en que la puesta en marcha de las centrales nucleares japonesas podría favorecer la reanudación de las exportaciones rusas de uranio al país asiático.
“Además, se abren perspectivas para nuevos contratos y para retomar el desarrollo de proyectos conjuntos en el sector nuclear”, dijo.
Alexandr Panov, exembajador de Rusia en Tokio y hoy investigador del Instituto ruso de EEUU y Canadá, explicó que Japón se ha visto obligado a volver a poner en marcha sus plantas nucleares debido a un déficit presupuestario por las grandes compras de carbón y gas natural licuado.
En el ejercicio de 2013, el país asiático invirtió unos 40.000 millones de dólares en las importaciones de combustible, recalca Izvestia.
Moscú y Tokio firmaron en 2009 un convenio de cooperación en el ámbito de la energía nuclear, acordando en particular suministros del uranio poco enriquecido ruso a Japón. Sin embargo, tras el accidente de Fukushima el Gobierno nipón decidió parar los reactores nucleares y suspender los respectivos contratos para su mantenimiento.
