El Estado más joven del mundo, Sudán del Sur, se expone a una guerra civil si no terminan los choques armados entre las unidades del Ejército pertenecientes a distintos grupos étnicos, informa hoy el diario ruso Kommersant.
El enviado especial de EEUU, Donald Booth, partió para Sudán del Sur con la misión de sentar a la mesa de negociaciones a los partidarios del actual presidente sursudanés Salva Kiir, de etnia dinka, y a los rebeldes del grupo étnico nuer, encabezados por el expresidente Riek Machar. Los nuer están dispuestos a cesar el fuego solo si dimite el Gobierno.
Los choques armados comenzaron el 15 de diciembre en la capital del país, Yuba, y poco después se extendieron a otras regiones. El número de muertos asciende a centenares de personas y, según declaró el presidente Kiir, se trata de una intentona golpista.
Si el conflicto se sigue dilatando, provocará un colapso económico en el país africano. La oposición ya anunció haber tomado el control del estado de Unity, rico en yacimientos petrolíferos. La exportación del crudo es el único e importante renglón en la economía nacional.
"La pugna dentro del Ejército es muy peligrosa porque es el único garante de la estabilidad y la propia existencia de Sudán del Sur", comentó el experto del Instituto de África (Academia de Ciencias de Rusia), Alexandr Zhúkov.
El fin del conflicto no se vislumbra. Las autoridades están preocupadas sobre todo porque los enfrentamientos se han extendido a las regiones donde se extrae el petróleo. La semana pasada fue atacado uno de los campos petrolíferos operados por la compañía china CNPC. Murieron 14 de sus empleados.
