Los rusos que se declaran patriotas han disminuido en los últimos 13 años del 77% al 69%, según un estudio del Centro Levada que publica hoy el diario Kommersant.
Al mismo tiempo, los que no se sienten patriotas han aumentado desde octubre de 2000 del 16% al 19%, revela la encuesta. Los sociólogos también han constatado un cambio en el concepto de patriotismo, puesto que cada vez hay más ciudadanos que se limitan a declarar su amor por la patria, pero que no están dispuestos a hacer sacrificios.
Si hace 13 años el 35% de los encuestados sostenían que un patriota actúa por el bien de su país, hoy día solo un 21% comparte esta opinión. Por otro lado, tanto en 2000 como en 2013 la mayoría de los consultados, un 60%, dijeron que amar su tierra basta para ser un buen patriota.
Y es que los ciudadanos no ven razones para una “militancia patriótica”, opinan los expertos. “Hoy en día no hay objetivos declarados ni se requiere tanta participación ciudadana como en los años 90”, comenta Alexéi Grazhdankin, subdirector del Centro Levada. No obstante, el sociólogo reconoce que el patriotismo sigue siendo una herramienta en las campañas electorales y que todas las fuerzas políticas apelan, de una u otra forma, a los sentimientos patrióticos para ganar votos en los comicios.
Pese a sus declaraciones de amor por la patria, la clase política rusa y su electorado están lejos de mostrarse “patriotas en acción”, dice Leonti Bizov, del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias de Rusia. Según el experto, la mayoría de los rusos “no están dispuestos a hacer ningún sacrificio por su país”.
En otras palabras, el patriotismo se ha convertido en una especie de “identidad nacional de gala y bastante sin sentido” con la que se intenta unir a la sociedad. Otro concepto ideológico carente de todo contenido real es la religiosidad manifiesta de los rusos de hoy, opina Bizov: “El 70% dice ser ortodoxos, pese a que no van a misa y ni siquiera son creyentes”.
