Prensa rusa al día (10 de febrero)

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Moscú, RIA Novosti

 

Vedomosti

 

 

La economía global se sume en la nueva Edad Media

 

El nacionalismo económico y la desintegración podrían hacerse realidad a menos que los líderes mundiales acuerden un proyecto anticrisis común, por ejemplo, en la cumbre del G-20 prevista para el próximo mes de abril, escribe el diario ruso Vedomosti en su editorial de hoy.

 

El periódico califica de "nueva Edad Media" la fragmentación de la economía global en varias economías regionales y señala que esta perspectiva dramática es más realista que nunca.

El grado de coordinación internacional a nivel de política financiera tiende a disminuir, lo que conduce hacia "proteccionismo fragmentario" o "regionalismo financiero".

Aumenta el proteccionismo en materia del comercio exterior: las investigaciones antidumping se han multiplicado en un 40% en cuestión de un año. Los Estados pertenecientes a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los países no miembros restringen la importación y estimulan la exportación sin mirar unos a otros. El volumen del comercio global tiende a disminuir.

La OMC constata el creciente proteccionismo pero no puede hacer nada con ello. Los economistas recuerdan a los Gobiernos que las medidas proteccionistas prolongaron la gran depresión económica de los años 30 en EEUU, reducen la eficiencia de los sectores protegidos y repercuten en los consumidores pero sus advertencias pasan desapercibidas. Además de prestar poco crédito a economistas, los Gobiernos desconfían unos de otros, lo mismo que los ciudadanos desconfían de las instituciones de la economía global.

Hay una contradicción real entre lo global y lo nacional. Un Gobierno, a la hora de tomar ciertas decisiones anticrisis, piensa básicamente en el cómo serán acogidas por los electores. Curiosamente, la China comunista podría parecer estos días más liberal incluso que EEUU en plano económico, pues renuncia en público a la consigna "¡Comprad productos chinos!" A un régimen autoritario, quizás, le resulta más fácil asumir las nuevas reglas del juego internacionales y explicarlas a la población, o, para ser exactos, ni siquiera hacerlo.

 

 

Kommersant

 

Moscú y Minsk discrepan sobre temas militares

 

El periódico ruso Kommersant constata en su edición de hoy la existencia de ciertas discrepancias entre Moscú y Minsk en el ámbito militar.

 

El embajador de Rusia en Minsk, Alexandr Súrikov, se llevó el otro día un réspice por parte del Ministerio de Asuntos de Exteriores de Bielorrusia tras haber comentado la participación de militares de este país en la flamante Fuerza Colectiva de Reacción Rápida (FCRR) creada por siete naciones postsoviéticas que pertenecen a la OTSC, Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.  Resulta que Minsk no está dispuesto a compartir con otros aliados una de las funciones básicas, la de de enviar con carácter expedito sus contingentes militares a las zonas donde más falta hagan.

El embajador ruso señaló a este respecto que "los acuerdos internacionales tienen mayor fuerza jurídica que la legislación interna". La OTSC podrá usar su fuerza de reacción rápida en caso de que uno de los países miembro se vea amenazado por una agresión, o en otra situación crítica, de manera que soldados bielorrusos tendrán que trasladarse, por ejemplo, a la frontera entre Tayikistán y Afganistán, si se produce una escalada de tensión en esta zona, dijo Súrikov. 

La reacción de Minsk fue extremadamente drástica. El portavoz de la cancillería recordó que la Constitución de Bielorrusia prohíbe a los efectivos del Ejército participar en las operaciones militares fuera del territorio nacional, y que "serán únicamente los jefes de Estados miembros de la OTSC, y sólo de forma consensuada, quienes tomen la decisión de usar la FCRR". El representante de Exteriores sugirió al embajador ruso "no anticiparse".

El diario Kommersant sostiene que el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, consintió en la reciente cumbre de la OTSC la participación de hasta 2.000 militares bielorrusos en la Fuerza Colectiva de Reacción Rápida. El mismo día en que los líderes de la OTSC firmaron un acuerdo sobre la FCRR, la agencia oficiosa bielorrusa Belta precisó en un comunicado que la participación de Bielorrusia en esta fuerza "no contempla la implicación de militares bielorrusos en algunos conflictos bélicos en el extranjero". De lo anterior se desprende que Minsk no pensaba, de entrada, cumplir la totalidad de los compromisos asumidos en el marco de la OTSC.

El analista bielorruso Yaroslav Romanchuk considera que el acuerdo de la FCRR "será un papel de turno que Lukashenko ha firmado para recabar de Rusia nuevas preferencias financieras y enseguida olvidarse del asunto".

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