RIA Novosti no asumirá responsabilidad por los artículos de prensa
Moscú, RIA Novosti
Nezavisimaya Gazeta
La fórmula kosovar no es válida para todos
A lo largo de su historia moderna, Rusia siempre ha insistido en que la CEI es el vector prioritario de su política exterior. Vladímir Putin también pone énfasis en lo mismo y ha manifestado en reiteradas ocasiones que la postura de Moscú con respecto a los países postsoviéticos se mantendrá inalterable en el futuro, ya con el nuevo jefe de Estado. Sin embargo, las recientes iniciativas rusas en relación con las repúblicas secesionistas podrían cambiar este planteamiento y hasta dejar en desuso un término ya habitual: el llamado "extranjero próximo" podría volverse distante debido a los políticos rusos.
Las audiciones en la Cámara baja sobre el tema de las repúblicas rebeldes pueden convertirse en el catalizador de una ruptura definitiva en el marco de la CEI. La Duma de Estado incluyó el asunto en su agenda después de que las asambleas legislativas de Abjasia y Osetia del Sur pidieron que se reconozca su independencia con respecto a Georgia. De hecho, la cancillería rusa activó el mecanismo del reconocimiento con su decisión anterior, la de levantar de forma unilateral las sanciones económicas que la CEI mantiene contra Abjasia desde 1996. Rusia se permitió la licencia de violar un acuerdo comunitario y así sentó un precedente. Siguiendo su ejemplo, Moldavia podría abandonar el tratado bilateral sobre la misión de paz emplazada en Transnistria. Georgia tendrá el derecho de replantear ante el Consejo de Seguridad de la ONU su demanda de que las fuerzas de paz rusas sean retiradas de la zona del conflicto abjasio-georgiano. Tratándole a Abjasia como si fuera un Estado, Rusia genera una serie de problemas, en primer término, para sí misma. Las recientes iniciativas de Moscú con respecto a Abjasia exponen a las críticas la imagen del contingente de paz ruso que hasta la fecha no se cuestionaba al nivel de las instituciones internacionales.
El canciller georgiano David Bakradze advirtió el miércoles que tanto el reconocimiento de los separatistas como la mera apertura de este proceso "contendrán una amenaza para la propia Rusia en su flanco sur".
El síntoma de la división en las filas comunitarias quedó de manifiesto también en una declaración del Ministerio de Exteriores de Ucrania, la cual condenó la decisión rusa acerca de Abjasia y manifestó el respaldo a la integridad territorial de Georgia. Que a nadie le quepan dudas de que tanto Kíiev como Tbilisi optarán en este contexto por un avance más activo hacia las estructuras euro-atlánticas.
Asumiendo que la intangibilidad de fronteras es una piedra angular de las relaciones internacionales, principio que Moscú defendía previamente a la secesión de Kosovo, es necesario mantenerlo. Uno no puede renegar de principios porque alguien los haya violado. "No robarás" sigue siendo un mandamiento a pesar de que hay gente que roba.
A Moscú le convendría entablar negociaciones serias con Tbilisi acerca del futuro status de Abjasia en el seno de Georgia. Hay muchas variantes de autonomía muy amplia que serían satisfactorias para Sujumi, Tbilisi y Moscú. Sobre esta base podrían normalizarse las relaciones económicas entre Georgia y Rusia, en particular, en el marco de los preparativos para los Juegos Olímpicos de Sochi 2014. Abjasia en este caso podrá adjudicarse contratos importantes y el movimiento de las mercancías a través de la frontera ruso-georgiana no violará las leyes internacionales.
Vedomosti
Airbus pretende hacer negocios por US$40.000 millones en 18 años en Rusia
Hasta 2026 las compañías aéreas rusas son capaces de adquirir 900 aeronaves por US$80.000 millones, supone Airbus y espera hacerse con la mitad de los futuros pedidos.
En sus cálculos Airbus tomó por referencia la tendencia al crecimiento del tráfico aéreo en Rusia con tasa del 6,2% al año. En el momento actual las compañías aéreas rusas disponen de un parque de 528 aviones, pero hacia 2026 crecerá hasta 939 aparatos, dice un informe preparado por el consorcio europeo. Para renovar y ampliar el parque Rusia tendrá que adquirir 921 aviones de ruta principal. Unas 800 aeronaves pertenecerán a la categoría de aparatos de fuselaje estrecho y 120, a la de fuselaje ancho, supone Airbus.
El consorcio europeo pretende quedarse con la mitad de los US$80.000 millones que los rusos gastarán en la renovación del parque. Según las fuentes del consorcio, Airbus planea seguir dominando más del 50% del mercado ruso.
El estadounidense Boeing, rival de Airbus, también pone sus miras en el mercado ruso. El consorcio estima en 1.000 unidades la necesidad en aeronaves de Rusia y otros países de la CEI en el período hasta 2026. El Boeing sitúa en US$70.000 millones el precio de los futuros contratos de adquisición de aviones, cifra más modesta que la del Airbus.
La rusa Corporación Aeronáutica Unificada (OAK) no oculta sus planes de hacer competencia a ambos consorcios extranjeros. Ya en el horizonte del año 2025 pretende ocupar las posiciones dominantes en el mercado, lanzando de 260 a 290 aparatos al año. Entre 2008 y 2025 la OAK piensa fabricar casi 2.600 aviones de los que unos 600 serían capaces de hacer competencia a Airbus y Boeing. Se trata de los modernizados Il-96 y
Tu-204/214 y del nuevo avión de fuselaje estrecho MC-21 con capacidad de transportar de 150 a 210 pasajeros.
Las previsiones de Airbus tienen por base el escenario pesimista de desarrollo, sostiene el director general de InfoMost, Borís Rybak. En los últimos cinco años el transporte de pasajeros iba creciendo en 10%-15% anualmente y seguirá registrando la tendencia al aumento hasta 2014, dice el experto. De mantenerse estable la situación macroeconómica, hasta 2025 en el mercado ruso de grandes aviones continuarán llevando la voz cantante dos agentes principales: Airbus y Boeing, considera Rybak. Pero a la OAK se le presentará la posibilidad de consolidar sus posiciones en caso de prosperar el proyecto MC-21.
