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Moscú, RIA Novosti

Voienno-promyshlenni kurier / Kommersant

A la movilización económica en el Caspio se suma la militar

George W. Bush calificó de "sumamente importante" la reciente iniciativa rusa de usar conjuntamente el radar de Gabala y confirmó la intención de discutir esta propuesta a fondo en julio próximo, durante la visita de Vladímir Putin a EEUU. El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, también manifestó su interés por el proyecto en la entrevista con su homólogo ruso, Anatoli Serdiukov, en el marco del Consejo Rusia-OTAN.

Por ahora no está claro, si Rusia sale ganando o perdiendo en este asunto, pero es a todas luces evidente que EEUU continuará su expansión hacia la Cuenca del Caspio e intentará completar sus programas económicos, en particular, la construcción de tuberías para el transporte de hidrocarburos a espaldas de Rusia, con proyectos militares.

Últimamente, todos los países del Caspio procuran incrementar su potencial bélico. Azerbaiyán y Kazajstán mantienen el liderazgo en lo que respecta al aumento de las asignaciones militares. Irán y Rusia se oponen a la militarización del Caspio pero se trata de un proceso lógico porque el auge de la industria petrolera en esta zona plantea la necesidad de proteger las respectivas infraestructuras.

Si EEUU desata la guerra contra Irán, la situación política y militar en dicha región va a cambiar porque el Pentágono y sus aliados tratarán de ampliar su presencia en el Caspio. Es difícil que algún país de la zona se apresure a ofrecer su territorio para que EEUU pueda atacar a Irán pero tampoco podemos descartarlo del todo, especialmente, en relación con Azerbaiyán. De momento, Bakú se niega a acoger las bases militares extranjeras pero ha consentido ya el uso de Gabala por EEUU y Rusia, con lo cual se ha colocado en una situación bastante ambigua ante Teherán.

La explotación de los recursos naturales del Caspio va cobrando escala sobre el trasfondo de la rivalidad geopolítica entre EEUU y Rusia. Y habida cuenta de que se suma a estos procesos el deseo de Washington de controlar a Irán, la situación en esta zona se vuelve cada vez más incontrolada y explosiva.

De acuerdo con el periódico Kommersant, Irán continúa siendo el único aliado de Moscú en lo que concierne a la solución de los diferendos en el Caspio. No respalda la construcción de nuevas tuberías a espaldas de Rusia y se muestra entusiasmado con el proyecto ruso de Casfor (Caspian Force), grupo naval de cinco países comprendidos en la Cuenca.

Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenia insisten en que el Mar Caspio sea dividido definitivamente en varios sectores nacionales y han extendido ya, de forma unilateral, su jurisdicción a las respectivas zonas. Moscú rechaza tal planteamiento, entre otras cosas, porque la división afectaría notablemente a la industria pesquera de Rusia.

Otra posibilidad preocupante para el Kremlin es que, una vez realizado el reparto, los países de la Cuenca acepten la presencia militar de otros Estados en sendos sectores nacionales. Azerbaiyán y Kazajstán, en opinión de Moscú, son los eslabones más débiles en la cadena del Caspio: últimamente, van derivando hacia Occidente de manera cada vez más obvia. Bakú, por ejemplo, aprovecha diversos pretextos para declinar dos propuestas rusas: crear en el Mar Caspio el grupo Casfor y firmar un tratado que prohíba allí la presencia de buques de guerra de países que no pertenecen a esta región. La postura de Kazajstán hacia ambas iniciativas es más flexible pero Astaná ha salido al paso de Moscú en otro terreno: sugiere nivelar los arsenales militares que tienen en el Caspio los cinco países de la Cuenca. De cuajar esta propuesta, Rusia se vería obligada a reducir fuertemente su presencia militar en la región

La delimitación de las aguas del Caspio y las actividades militares en esta zona serás dos temas clave a solucionar en la próxima cumbre de los cinco países. La reunión tendrá como escenario a Irán, lo cual mejora las oportunidades de Moscú en la disputa con sus oponentes.

Nezavisimaya Gaceta

Europa no necesita nueva política de disuasión frente a Rusia, dice experto

Antes de 2006, la UE se había empeñado en construir con Rusia una alianza energética pero la situación cambió dramáticamente después de la disputa de hidrocarburos entre Moscú y tres países de tránsito - Ucrania, Bielorrusia y Lituania - así como a raíz de las guerras comerciales de Rusia con Georgia y Moldavia, escribe Alexander Rahr, responsable de programas para Rusia y la CEI en el Consejo alemán de política exterior.

Una vez integrados en la UE y la OTAN, los antiguos satélites de la URSS empezaron a aplicar una política autónoma con respecto al Este. La defensa de países como Georgia, Moldavia o Ucrania contra la presunta presión imperial por parte de Rusia es uno de los elementos de esta línea. Desde Varsovia se escuchan ya las propuestas de crear una nueva OTAN, en lo energético. Cuando los veteranos de la UE sugirieron a los novatos actuar con mayor discreción respecto a Rusia, Polonia y los países del Báltico vertieron críticas contra aquéllos diciendo que Europa Occidental debería solidarizarse con los nuevos miembros venidos del Este. Occidente ya lo hace prácticamente en todos los temas, y la pregunta es hasta cuándo puede manifestar tal solidaridad que es capaz de provocar a futuro nuevas formas de conflictos en las fronteras orientales de la UE.

Polonia, Lituania y Rumania están en la primera línea en lo que concierne a la promoción de cuatro naciones integradas en la alianza GUAM - Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia - como candidatas para el ingreso en la OTAN y la UE. Todo indica que EEUU respaldas esas aspiraciones políticas. Como respuesta, el presidente ruso Vladímir Putin propuso en la última cumbre del G-8, celebrada en Heiligendamm, que Occidente en general y EEUU en particular vuelvan a la idea de un espacio de seguridad común usando para el sistema global de defensa antimisil el radar existente en el territorio de Azerbaiyán, es decir, dentro de la GUAM.

La entrevista de Bush con Putin, que tendrá lugar dentro de tres semanas, ha de aclarar esta situación y reducir la tensión que ha surgido nuevamente en Europa. Nadie debería oponerse a los intentos de diversificar las rutas del transporte de energía desde el Este a Occidente, y en caso de que la GUAM quiera abordar algunos proyectos alternativos en esta materia, bienvenida sea. Para hacerlo, sólo tiene que captar inversores. Lo que Europa no necesita seguramente es la nueva política de disuasión frente a Rusia, la llamada coexistencia pacífica que vuelve a ser un tema recurrente en Occidente.

 

Gaceta.Ru

 

Putin puede visitar Irán en lo que resta de año

 

Antes de que finalice este año, Vladímir Putin podría realizar una visita oficial a Irán. Las autoridades iraníes desde hace tiempo esperan esta visita que les prestaría apoyo en la confrontación con Occidente. En varias ocasiones el mandatario ruso rehusaba realizar el viaje por unas u otras razones. Esta vez, la probabilidad de que visite la República Islámica es bastante alta, debido, entre otras cosas, a que su mandato presidencial expira.

El miércoles pasado, los jefes de las diplomacias de Rusia, Irán, Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán se dieron cita en Teherán para tratar el estatus jurídico del Mar Caspio y los preparativos para la segunda edición de la cumbre de los Estados del Mar Caspio a celebrarse en la capital iraní. En la cumbre no se tomarán decisiones de importancia. Según comento el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, a examen de los primeros mandatarios será sometido un "documento intermedio que establezca las reglas generales de comportamiento en el Caspio,  admisibles para todos". Según expresó el jefe de la diplomacia rusa, los detalles sobre la cumbre de Teherán se darán a conocer más tarde.

De este modo, ahora ante Putin se abre una posibilidad real de hacer visita oficial al país considerado por Occidente como amenaza principal a la seguridad internacional. La cancillería rusa no ve óbices algunas que puedan estorbar la visita. "Si acuerdan celebrar la cumbre en Teherán, Putin asistirá", manifestó a Gaceta.Ru Andrei Krivtsov, subdirector del departamento de información y prensa del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.

Pese a que Irán y Rusia con regularidad pregonan el carácter amistoso de sus relaciones recíprocas, Putin no ha llegado a hacer una visita oficial a Teherán. Tal visita se preparaba hace dos años, primero en enero, luego en abril, pero no llegó a realizarse.

"Si se resolvió convocar una reunión ministerial de los cinco Estados del Caspio, las negociaciones han alcanzado un nivel para que a este proceso se incorpore también Putin", opina Arkadi Dubnov, experto en problemas de Oriente Próximo. Otro orientalista, Radjab Safárov, director del Centro de Estudios del Irán contemporáneo, considera que la cumbre de los Estados del Caspio le ofrecería a Putin una magnífica posibilidad para visitar Irán sin dañar su renombre de político moderado.

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