PRENSA RUSA AL DÍA (22 de noviembre)

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Moscú, RIA Novosti

KOMMERSANT

CASO LITVINENKO / REACCIONES

 

El diario Kommersant recoge algunas reacciones al caso Litvinenko, ex oficial de la KGB envenenado en Londres.

Sergei Ivanov, portavoz del Servicio ruso de Inteligencia Externa, niega categóricamente la implicación de esta entidad en el envenenamiento de Alexander Litvinenko. ‘Si todo el mundo se ha puesto a hablar del asunto, será que a alguien le hace muchísima falta' - observa él.

Nikolay Leonov, ex funcionario de la KGB y, actualmente, miembro del comité de seguridad en la Cámara baja del Parlamento ruso, afirma que ‘en el mundo entero va cobrando vigor una campaña antirrusa'. ‘EE.UU. nunca desaprovecha la oportunidad de darle una patada de turno a Rusia - subraya él -. El magnate Boris Berezovsky es la única persona a la que conviene el alboroto sensacionalista en torno al envenenamiento. Armando ese escándalo internacional, quiere vengarse de Rusia porque se ha quemado aquí como político y como empresario'.

Garry Kazparov, dirigente del Frente Cívico Unificado, defiende otro punto de vista: ‘La opinión pública en Occidente empieza a comprender que en Rusia se va desarrollando una ofensiva total contra las personas que disienten de la política del Kremlin. Hasta la fecha no habido ningún resultado inteligible en la investigación del caso Politkovskaya, pero a esta reportera la asesinaron en Rusia y el atentado contra Litvinenko tuvo lugar en Londres, así que Gran Bretaña va a abordar el asunto muy en serio. Ahora que se ha firmado un acuerdo sobre la OMC, al Kremlin, no le importa su reputación'.

Andrey Lugovoi, un ex oficial de la KGB y, más tarde, responsable de los temas de seguridad en la cadena de televisión rusa ORT, se abstiene de ofrecer comentarios diciendo que, primero, debe entrevistarse con los representantes de la embajada británica en Moscú y responder a sus preguntas, para aclarar la situación. ‘Es probable que luego os diga lo que pienso acerca de todo ello' - señala él en entrevista con Kommersant. El rotativo británico The Daily Telegraph sostiene que el pasado 1 de noviembre Alexander Litvinenko tomó té con dos amigos rusos, y que uno de ellos era Lugovoi.

 

NOVYE IZVESTIA

 

BRUSELAS ABRE LOS BRAZOS AL ‘ÚLTIMO DICTADOR EUROPEO'

 

En Bruselas se dio a conocer el anteproyecto de la nueva estrategia de la UE con respecto a Bielorrusia. El documento combina las generosas promesas económicas para Minsk con una serie de recomendaciones básicas en lo político, ninguna de las cuales atenta contra los fundamentos del actual régimen bielorruso, encabezado por Alexander Lukashenko. El dirigente de Bielorrusia, a quien hace poco se colocaba la etiqueta de ‘último dictador europeo', podrá entrar triunfante en el gran mercado europeo, preservar el poder y escapar para siempre a la tutela de Moscú.

Uno de los detalles más relevantes consiste en que la Unión Europea ya no pone en tela de juicio los resultados de las recientes elecciones presidenciales en Bielorrusia, y por consiguiente, la legitimidad del propio Lukashenko.

Los eurócratas economistas han olfateado el drástico enfriamiento de las relaciones entre Minsk y Moscú a raíz de las tarifas del gas y aprovechado esta oportunidad para recordarle a Lukashenko una cosa: la futura subida del precio acentúa la discriminación de las empresas bielorrusas con respecto a las rusas y, por tanto, mina el propio concepto del ‘espacio económico único', lo cual reduce el valor de su alianza con Rusia.

Los eurócratas políticos van más al fondo y sacan la conclusión de que la ruptura entre Moscú y Minsk en el terreno económico provocará inevitablemente otra más, de relaciones militares estratégicas. Respondiendo a las presiones rusas en materia del gas, Minsk podría sorprenderla a Moscú con nuevas ‘facturas' relacionadas con la alianza militar, tras lo cual Rusia se vería obligada, en opinión de expertos bielorrusos, a establecer urgentemente un grupo de operaciones tácticas en el territorio propio, por ejemplo, en la provincia de Smolensk.

Si las fisuras entre Moscú y Minsk van en aumento, incluida la posible desintegración de su actual Estado de Unión, Bruselas respaldará sin duda alguna a Lukashenko, va a perdonarle enseguida su carácter dictatorial y pondrá a Bielorrusia en la lista de espera para el ingreso en la UE. Rusia va a perder en este caso a su último aliado limítrofe con Europa.

Lo más gracioso es que la propia UE ha estado exigiendo de Moscú durante largo tiempo que presione contra la ‘dictadura' de Lukashenko con métodos políticos o, por lo menos, económicos. Ahora que Rusia ha intentado algunas sanciones concretas, Bruselas empieza a desarrollar un juego propio.

 

NEZAVISIMAYA GACETA

 

RUSIA PUEDE OCASIONARLE A LA UE UNAS PÉRDIDAS POR IMPORTE DE 2.000 MILLONES DE EUROS

 

Dos días antes de la cumbre Rusia-UE en Helsinki, en las relaciones ruso-europeas se está armando un nuevo escándalo. En pos del lance de Polonia que bloqueó el inicio de las negociaciones entre la UE y Rusia sobre el nuevo acuerdo de cooperación, Rusia presentó algunas exigencias a la UE que, en caso de ser incumplidas, podrían ocasionarles a sus miembros unos daños por importe de dos mil millones de euros. Es sintomático que, lo mismo que en el caso con Polonia que demandó de Moscú levantar el embargo impuesto a la producción agropecuaria, los roces entre Rusia y la Unión Europea también estén generados por importaciones de carne.

Desde enero de 2007, Rusia podría imponer embargo a los productos del sector agropecuario europeo. Una advertencia al respecto la hizo el Servicio Federal de Control Veterinario y Fitosanitario. Mientras tanto, el volumen de las exportaciones consolidadas de productos cárnicos de la UE a Rusia totaliza un millón 700 mil euros al año.

El portavoz de la Comisión de la Unión Europea, Philip Tod, manifestó ayer a Nezavisimaya Gaceta que el 3 de noviembre, el director del citado Servicio, Sergei Dankvert, entregó a un alto cargo de la Comisión de la Unión Europea una carta oficial y también informó a la Comisión verbalmente de que a partir del 1º de enero de 2007, Rusia planea prohibir la importación de productos cárnicos de la Unión Europea. El embargo se debe a los recelos relacionados con el comercio de productos de la ganadería en la UE después de su nueva ampliación. Como se sabe, el próximo año ingresarían en la UE dos países más: Bulgaria y Rumania.

Moscú exige que todos los productos alimenticios exportados vayan acompañados de los certificados correspondientes que deben hacer mención del empleo de cualesquiera pesticidas o materias químicas potencialmente peligrosas en cualquier etapa de la producción. Según comenta EUobserver, edición digital europea bien informada, tales exigencias se traducirán en gastos administrativos por millones de euros y en demoras de los suministros.

Ayer, una fuente diplomática autorizada en Moscú confirmó a Nezavisimaya Gaceta el hecho de haber sido entregada tal carta. El servicio de prensa del Ministerio de Agricultura de Rusia se abstuvo de comentarios.

Según Tod, "ningún producto de la ganadería será sujeto a limitaciones en el mercado ruso, mientras la Comisión de la Unión Europea le demuestre a Rusia que fueron adoptadas todas las medidas para excluir la penetración en el mercado europeo de la carne contaminada de fiebre porcina procedente Bulgaria o Rumania". Ello no obstante, en las charlas privadas, expertos y diplomáticos europeos expresan que Moscú con toda seguridad procurará sacar dividendos políticos al debatir con Europa los sucesivos suministros de carne al mercado ruso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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