"Las autoridades deben hacer públicos los acuerdos bilaterales con las compañías farmacéuticas relacionados con las vacunas contra el COVID-19, especialmente porque esos contratos se hacen con fondos presupuestarios", dijo.
Los acuerdos también deberían incluir medidas de responsabilidad y reparación "en caso de efectos secundarios graves después de la inmunización", destacó la representante de MSF.
Elder agregó que todos los datos sobre la calidad, seguridad y eficacia de las vacunas deben estar disponibles para los reguladores, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los ciudadanos, sin excepción alguna.
De lo contrario, mantener en secreto la información podría llevar a "estimaciones inexactas y poner en peligro la vida de las personas".