"Las partes intercambiaron sus evaluaciones de la situación en la península de Corea y coincidieron en una necesidad urgente de reanudar el diálogo entre el Sur y el Norte, así como entre Estados Unidos y Corea del Norte para conseguir un avance real en el establecimiento de una paz duradera y desnuclearización completa de la península de Corea", dice el comunicado.
La nota indica que los diplomáticos "acordaron un plan para crear y promover condiciones necesarias para ello".
El proceso de distensión en Corea, que empezó en 2018 con varias cumbres intercoreanas y una reunión histórica entre los líderes de EEUU y Corea del Norte, Donald Trump y Kim Jong-un, que se comprometieron a trabajar para la desnuclearización de la península, sigue atascado desde hace un año.
La última ronda de negociaciones entre EEUU y Corea del Norte tuvo lugar a principios de octubre pasado y, según Pyongyang, fue un fracaso porque la delegación estadounidense llegó a la mesa "con las manos vacías".
En mayo de 2019, Pyongyang reanudó las pruebas de armas, tras una pausa de 17 meses, y a finales de 2019, Kim amenazó con suspender la moratoria sobre pruebas nucleares y de misiles balísticos intercontinentales, e hizo mención de "una nueva arma estratégica" de Corea del Norte que el mundo vería en un futuro próximo.
El diálogo entre Seúl y Pyongyang fue paralizado en junio pasado debido las campañas de lanzamiento de panfletos con una propaganda contra Corea del Norte por parte de activistas desde el Sur.
Corea del Norte cortó el 8 de junio las líneas de comunicación con el Sur, detonó el día 16 la oficina de enlace conjunta en la ciudad fronteriza de Kaesong —fruto de los acuerdos logrados en la cumbre intercoreana de 2018—, y advirtió que podría desplegar nuevamente sus tropas en la zona desmilitarizada entre ambas naciones.
El 23 de junio la Agencia Telegráfica Central de Corea anunció que Pyongyang canceló sus planes de acción militar contra el Sur, pero la comunicación entre los dos países sigue siendo suspendida.