"Nuestro objetivo es conseguir unas elecciones justas y libres mediante la paz y el diálogo. Por ello anuncio nuestra disposición para negociaciones con las autoridades. Estamos dispuestos a designar a negociadores", dijo.
Tijanóvskaya subrayó que "el pueblo bielorruso tiene una demanda simple: unas elecciones libres y justas".
Tijanóvskaya declaró que no considera que los manifestantes sean "una oposición, sino la mayoría".
"Se está llevando a cabo una revolución pacífica. La revolución en Bielorrusia no es geopolítica. No es rusa ni es antirrusa, (…) no es contra la UE, ni es proeuropea. Es una revolución democrática", destacó.
Bielorrusia es escenario de fuertes protestas a raíz de las elecciones presidenciales del 9 de agosto que revalidaron el sexto mandato del presidente Lukashenko, quien permanece en el poder desde 1994.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Tijanóvskaya con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos reunieron juntos poco más del 4%.
Según el Ministerio del Interior, en las protestas fueron detenidas más de 6.700 personas, centenares resultaron heridas, incluidos más de 150 agentes de seguridad, y tres personas murieron. Por su parte, los datos de la ONU apuntan a que unos 60 participantes de protestas "mayoritariamente pacíficas" se acusan de actos criminales, al menos ocho personas se dan por desaparecidas y cuatro fallecieron.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.