"Esa apropiación [de los yacimientos petrolíferos sirios] no puede justificarse con ningún motivo jurídico y nunca se aceptará", dice el texto de la declaración.
A finales de julio, el senador estadounidense Lindsey Graham comunicó que los kurdos sirios y la compañía norteamericana Delta Crescent Energy cerraron un acuerdo que prevé la modernización de los yacimientos petrolíferos en el noreste de Siria.
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, confirmó la existencia de tal acuerdo durante una reunión del Comité de Relaciones Internacionales del Senado.
Un portavoz del Ministerio de Exteriores de Siria declaró que el acuerdo no tiene fuerza jurídica.
A su vez, el Ministerio de Exteriores turco denunció que "la organización terrorista PKK/YPG [Partido de los Trabajadores del Kurdistán/Unidades de Protección Popular kurdas] muestra su deseo de promover la agenda separatista al confiscar los recursos naturales que pertenecen al pueblo sirio".
Ankara sostiene que el acuerdo entre los kurdos y Estados Unidos hace caso omiso al derecho internacional, viola la integridad territorial de Siria y es una forma de patrocinar el terrorismo.