Según Chan, un banco estadounidense cerró su cuenta y le devolvió los fondos. Otros funcionarios hongkoneses también se enfrentaron al mismo problema.
"Me enviaron una carta y me devolvieron el dinero, diciendo muchas gracias, no queremos hacer negocios, así de simple; estoy seguro de que no soy solo yo, incluso hablé con (...) funcionarios gubernamentales, [los bancos] tampoco quieren a algunos" como clientes, dijo el funcionario al periódico Financial Times.
El medio indica que los bancos que operan en Hong Kong se ven obligados a revisar la lista de clientes para no violar tanto la legislación estadounidense como la ley de seguridad nacional china.
El presidente de EEUU, Donald Trump, promulgó el 14 de julio una ley que le otorga las herramientas para "hacer responder a China por sus acciones opresivas contra el pueblo de Hong Kong", así como una orden ejecutiva que pone fin a las preferencias estadounidenses para esta región administrativa especial, que tendrá el mismo trato en adelante que el territorio continental de China.
Los detractores de esa ley en Hong Kong y en Occidente la atribuyen al deseo de Pekín de recrudecer el control sobre la región autónoma.
Según ellos, la nueva normativa se contradice con la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984. El documento, que entró en vigor al año siguiente, estableció que Hong Kong, tras volver en 1997 bajo la soberanía de Pekín, mantendría por 50 años un amplio grado de autonomía como región administrativa especial en el seno de China de conformidad con el principio "un país, dos sistemas".
China rechaza cualquier crítica contra la nueva ley de seguridad y sostiene que los temas relativos a Hong Kong son su asunto interno.