"El Reino Unido no tiene soberanía, jurisdicción ni derecho de supervisión sobre Hong Kong desde el traspaso", declaró.
El diplomático remarcó que la antigua colonia británica es una "región administrativa especial de China", con habitantes chinos "tengan o no tengan" pasaporte británico de ultramar.
El primer ministro Boris Johnson condenó la ley de Seguridad Nacional que, según dijo en el Parlamento de Westminster, "constituye una obvia y grave violación de la Declaración Conjunta", el tratado sobre el futuro de Hong Kong que ambos países acordaron en 1984.
El mandatario conservador confirmó además la intención de su Gobierno de "establecer una ruta nueva" migratoria para residentes en Hong Kong con pasaporte británico de ultramar, el llamado NBO por sus siglas en inglés.
El embajador chino tachó de "irresponsable e injustificada" la posición adoptada por el Ejecutivo británico.
"Es una flagrante interferencia en los asuntos internos de China y va en contra de los principios fundamentales de respeto mutuo de la soberanía e integridad territorial y no injerencia en los respectivos asuntos internos", señaló el diplomático.
La Embajada china agregó que el Reino Unido "violará su propia posición y promesas, además de la legislación internacional" si altera unilateralmente los acuerdos migratorios respecto a la ciudadanía de Hong Kong.
Política migratoria de Londres
Además, la Embajada china en el Reino Unido declaró que China se reserva el derecho a tomar medidas en respuesta a la decisión del Reino Unido de relajar las normas de inmigración para residentes de Hong Kong.
En un comunicado, la misión diplomática china subrayó que "si la parte británica introduce cambios unilaterales en la práctica correspondiente, violará su propia posición, sus compromisos, así como el derecho internacional y las normas principales que regulan las relaciones internacionales".
"Nos oponemos enérgicamente a ello y nos reservamos el derecho a tomar las medidas recíprocas", dice la nota.
Dicha normativa penaliza los actos de subversión, terrorismo, secesión, la conspiración con influencia extranjera y otros que amenacen la seguridad del territorio.
El 1 de julio el Gobierno británico subrayó que esa ley viola la Declaración Conjunta sino-británica de 1984, que marcó la hoja de ruta del traspaso de la colonia británica a China el 1 de julio de 1997, y restringe el alto grado de autonomía de Hong Kong.
En respuesta a la nueva normativa, Londres afirmó que cumplirá con su amenaza de ampliar los derechos de migración al Reino Unido para los hongkoneses con pasaporte británico de ultramar (BNO, en sus siglas en inglés).
Se estima que en Hong Kong viven unas 350.000 personas con BNO, que lo solicitaron antes del traspaso de Hong Kong a China. Además, otros 2,6 millones de hongkoneses nacidos antes de 1997 son eligibles para obtener ese documento.