"Vladímir Putin y Angela Merkel expresaron su preocupación por la escalada de hostilidades en Libia y coincidieron en que el alto el fuego inmediato y el inicio de las negociaciones libias bajo la égida de la ONU no tienen alternativa", dice la nota.
Putin además elogió la mediación de Egipto en la crisis libia.
"El mandatario ruso dio una valoración positiva a los esfuerzos mediadores de Egipto por encontrar una solución a la crisis libia en el desarrollo de las decisiones de la conferencia internacional de Berlín del 19 de enero", destacó el Kremlin.
La situación en Libia se agudizó todavía más después de que Haftar anunciara a finales de abril su retirada del pacto político de 2015 que dio origen al Gobierno de Acuerdo Nacional y declarara que el ENL aceptaba "la voluntad del pueblo" y se hacía con el poder en el país.
La conferencia internacional sobre Libia que tuvo lugar en Berlín en enero pasado instó a redoblar los esfuerzos para lograr un armisticio sostenible en Libia y también reiteró la necesidad de observar el embargo de armas al país africano.
Negociaciones sobre Ucrania
Además, los líderes de Rusia y Alemania se expresaron a favor de impulsar las negociaciones en el formato de Normandía.
"Se intercambiaron opiniones sobre la situación en Ucrania en el contexto de la solución del conflicto interno ucraniano, (...) fue destacada la necesidad de impulsar el proceso de negociaciones en el grupo de contacto y en el formato de Normandía", indica el documento.
Las partes expresaron su preocupación ante la ausencia de avances en el cumplimiento de los acuerdos de Minsk de 2015 y la reunión del Cuarteto de Normandía que se celebró en París en 2019.
El presidente de Rusia resaltó nuevamente la importancia de que se establezca un diálogo directo entre Kiev, Donetsk y Lugansk, que resulta imprescindible para, entre otras cosas, acordar los pasos a dar para lograr cumplir el conjunto de medidas, previsto por los acuerdos de Minsk.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en unos 13.000 muertos.