El 3 de junio el Gobierno de EEUU suspendió todos los vuelos regulares de aerolíneas civiles chinas hacia y desde el país norteamericano.
"China lamenta esa decisión. Según la información disponible, la dirección de la aviación civil china ya envió una nota al Departamento de Transporte de los Estados Unidos", dijo el diplomático en una rueda de prensa.
Washington afirmó que la medida se basa en que Pekín no permite "que los transportistas estadounidenses ejerzan sus derechos bilaterales para realizar transporte de pasajeros" a su territorio.
"China ya hizo pública su política corregida [en esta materia], confiamos en que EEUU no siga obstaculizando la solución de ese problema", advirtió el portavoz.
A finales de enero las autoridades estadounidenses prohibieron la entrada en el país de nacionales que hubieran visitado dos semanas antes China, pero no limitó los vuelos al gigante asiático.
En marzo, como parte de las medidas para combatir la propagación de la epidemia, la autoridad de aviación civil de China exigió que las aerolíneas extranjeras dejaran solo una ruta con su territorio y realizaran un vuelo por semana.
Además, para prevenir la importación del COVID-19 al país, las autoridades chinas prohibieron la entrada de todos los extranjeros con visas válidas, a excepción de diplomáticos y personas de otras categorías.
Sin embargo, esa entidad anunció horas antes que todas las aerolíneas extranjeras que no pudieron realizar viajes internacionales a China debido a la epidemia, podrían volar a una de las 37 ciudades chinas a partir del 8 de junio, incluidas Pekín, Shanghai, Shenzhen, Guangzhou y Wuhan.
Para lograrlo, las compañías aéreas deben presentar una solicitud a la administración china y acordar un plan de vuelo al aeropuerto elegido.
Intervención en los asuntos internos de China
Pekín pide a Washington que deje de intervenir en los asuntos internos de China, afirmó Lijian.
"Llamamos a EEUU a renunciar a la parcialidad ideológica, corregir sus errores y poner fin a cualquier injerencia en los asuntos internos de China", dijo.
De este modo el portavoz comentó las declaraciones de Estados Unidos sobre los hechos que tuvieron lugar en 1989 en la plaza de Tiananmen de Pekín. Washington llamó a China a presentar públicamente datos sobre asesinados o desaparecidos, y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se reunió con los supervivientes de los sucesos.
Entre centenares y miles de personas, según diversas estimaciones, murieron y resultaron heridas después de que las autoridades chinas enviaran carros de combate a la plaza de Tiananmen el 4 de junio de 1989 para disolver a los manifestantes, en su mayoría, estudiantes, que llevaban varias semanas demandando una mayor apertura política.