"No respaldamos la reciente declaración del señor [jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez] Sarraj, quien se niega a hablar con el mariscal Haftar, ni apoyamos la declaración de que ahora el mariscal Haftar decidirá de manera unilateral cómo va a vivir el pueblo libio", dijo Lavrov.
El ministro ruso apuntó que "ninguna de esas declaraciones contribuye a llegar a un acuerdo sostenible, sin el cual resulta imposible salir de esta situación".
En todas las etapas de la solución de la crisis libia y en el marco de todas las iniciativas (...) subrayamos la necesidad de convencer a las partes del conflicto de que acuerden ellas mismas cómo resolver los problemas de su país, cuyo Estado fue destruido por la agresión ilegal de la Alianza Atlántica en 2011", afirmó.
El ministro recordó que al término de la conferencia internacional sobre Libia que tuvo lugar en Berlín, Rusia advirtió que todas las partes del conflicto debían aceptar el documento aprobado al término del foro, pues en caso contrario "sería poco probable que los acuerdos logrados por los actores externos sean viables".
"Por desgracia, es lo que ha pasado, pero esto no significa que las partes del conflicto deban ahora presentar declaraciones agresivas, anunciar decisiones unilaterales o rechazar el diálogo libio", subrayó Lavrov.
La necesidad de un representante especial de la ONU para Libia
Lavrov señaló también que la evolución de la situación en Libia muestra la necesidad urgente de nombrar a un representante permanente del secretario general de la ONU para el país.
El antiguo representante especial de la ONU en el país norteafricano, "Ghassan Salamé —que aplicó muchos esfuerzos para cumplir con su mandato, pero que no tuvieron éxito— dimitió, y el puesto sigue vacante ya durante dos meses", recordó Lavrov al término de una telecumbre informal de los ministros de Exteriores de los países BRICS.
Opinó que "para el secretario general de la ONU (António) Guterres es absolutamente necesario en el tiempo más próximo nombrar a un nuevo representante especial".
"Llamamos al secretario general de la ONU (…) a nombrar a un nuevo representante especial para que el proceso (de paz) no se frene", declaró.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del ENL, y el Gobierno de Acuerdo Nacional avalado por la ONU, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.
La conferencia internacional sobre Libia que tuvo lugar en Berlín en enero pasado instó a redoblar los esfuerzos para lograr un armisticio sostenible en Libia, pero los bandos en conflicto, apoyados cada cual por actores externos, siguen violando la tregua declarada el 12 de enero por iniciativa de Rusia y Turquía.