"Hubo violaciones desde principios de enero en el suministro de armas y envío de combatientes. Hubo violaciones por parte de los Estados que participaron en la conferencia de Berlín", dijo Salamé en una rueda de prensa.
No especificó qué países violaron el embargo de armas al país norafricano.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
El 19 de enero, Berlín acogió una conferencia internacional sobre Libia a nivel de jefes de Estado y de gobierno, con la participación de dirigentes de Alemania, Argelia, China, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, EEUU, Francia, Italia, el Reino Unido, República del Congo, Rusia y Turquía, así como altos representantes de la ONU, la Unión Europea, la Unión Africana y la Liga Árabe.
También asistieron al foro los líderes rivales de Libia —el jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez Sarraj, y el comandante del Ejército Nacional Libio, mariscal Jalifa Haftar— aunque en ningún momento mantuvieron un cara a cara en Berlín.
En su declaración final, los participantes de la conferencia instaron a redoblar los esfuerzos para lograr un armisticio sostenible en Libia y tomar medidas recíprocas y verificables en este sentido, incluyendo los pasos para desmantelar los grupos armados y las milicias.
Asimismo, acordaron establecer una comisión militar conjunta compuesta por cinco representantes por cada parte para monitorear la tregua —cuya primera reunión se celebró el 3 de febrero en Ginebra— y un comité de seguimiento, conformado por representantes de todos los participantes de la conferencia, para supervisar el cumplimiento de la declaración final.