El partido opositor Vox tiene previsto ampliar su denuncia del caso, presentada el pasado 31 de enero ante la Fiscalía, e implicar a un nuevo actor en los hechos. Se trata de Koldo García Izaguirre, asesor y amigo personal del ministro de Transportes de España, José Luis Ábalos.
La oposición política en España acusa al Gobierno de permitir al ministro Ábalos reunirse secretamente y en suelo español con Delcy Rodríguez, quien se halla sujeta a un régimen de sanciones por parte de la UE y tiene prohibido pisar el territorio comunitario. Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del Partido Popular (PP), principal partido de la oposición en el hemiciclo español, manifestó duramente desde su atril:
"El Gobierno de España ha amparado a una torturadora".
Ábalos argumentó primeramente su presencia en el aeropuerto con motivo de la llegada de Félix Plasencia, ministro de Turismo de Venezuela, quien llegaba al país para participar en Fitur, la Feria Internacional de Turismo. En su denuncia, la oposición exige al Gobierno de Pedro Sánchez explicaciones sobre un asunto que, de ser cierta sus acusaciones, supondrían un grave quebranto de la ley.
Hagan un esfuerzo de lealtad con este país.#SesiónDeControl pic.twitter.com/Wq7j6Ir9Sa
— PSOE (@PSOE) February 12, 2020
Escolta, chófer y asesor
El nombre de Koldo García Izaguirre está ligado desde hace tiempo al de José Luis Ábalos, de quien ha sido también su chófer personal, y fue recientemente promovido a un cargo en el Consejo de Administración de Renfe Mercancías (Red Nacional de Ferrocarriles, compañía pública española) supuestamente a instancias del propio Ábalos. García Izaguirre ejerció también como su escolta en los tiempos en que Ábalos era secretario de Organización del PSOE.
Un asunto con varias versiones
El Gobierno español, en boca del ministro Ábalos, ha promovido diferentes versiones del hecho, sobre todo a cuenta de la duración del encuentro con Delcy Rodríguez (al principio fueron unos minutos, luego 25 y, por último, una hora).
En cuanto al motivo del mismo, Ábalos definió su carácter como fortuito, no planificado y sostenido en la sala VIP de la Terminal Ejecutiva bajo custodia policial, y acabó por asegurar que acudió al aeropuerto de Madrid-Barajas para evitar un escándalo diplomático de consecuencias imprevisibles. Esta versión, junto con el dato de que el Gobierno venezolano avisó de la presencia en el avión de Delcy Rodríguez ―cuyo destino final era Doha― tan solo unas horas antes de su aterrizaje, invita a pensar que el Gobierno español buscó dar solución al asunto aprovechando la amistad personal de los ministros Ábalos y Plasencia, evitando así la implicación de los representantes de un Ministerio de Asuntos Exteriores español con una nueva ministra, Arancha González Laya, recién llegada al cargo.
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