"No es más que una mamarrachada. Estas cosas no se hacen para que tengan efectos judiciales, sino para intentar hacer ruido", señala a Sputnik Monedero, una de las personas incluidas en la reclamación.
La lista de personas que el Gobierno pidió citar incluye al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero (del Partido Socialista Obrero Español) y al actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de la formación izquierdista Podemos.
Del mismo modo, el ministro de Gobierno de Bolivia, Arturo Murillo, pidió a la Fiscalía llamar al coordinador de la defensa de Julian Assange, el exjuez español Baltasar Garzón, y a dos antiguos miembros fundadores de Podemos: Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, politólogos que dedicaron buena parte de su carrera al estudio de la izquierda Latinoamericana.
Según la versión del Gobierno de facto de Bolivia, los diplomáticos españoles participaban en una supuesta operación clandestina para facilitar la salida del país de antiguos altos cargos del Gobierno de Evo Morales que se encontraban refugiados en la delegación, unas acusaciones que fueron tajantemente rechazadas por Madrid.
"¿Qué tengo yo que ver con todo eso?", se pregunta Monedero desde Madrid antes de recordar que la solicitud a la Fiscalía se hizo pública tres días después de que Murillo se reuniera con dirigentes del partido ultraderechista Vox.
De acuerdo con las pocas explicaciones dadas por Murillo, las personas a las que pidió citar tendrían supuestos "vínculos ilegales" con Evo Morales.
Monedero considera como algo obvio que el anuncio de Murillo tras su reunión con la ultraderecha española es una maniobra para "construir un polo de presión" con el objetivo de ser rentabilizado electoralmente en España.
La presunta citación, por el momento no materializada, fue utilizada por el conservador Partido Popular y la formación ultraderechista Vox durante el debate de investidura del pasado 7 de enero para criticar la formación de un Gobierno de coalición progresista entre PSOE y Podemos en España.
El politólogo español enmarca todo el suceso como "parte de las guerras de cuarta generación que vivimos", en las que "las peleas no toman la forma clásica del siglo XX, sino que tienen formas más sutiles, utilizando a los medios de comunicación y los aparatos jurídicos como palancas para forzar golpes de Estado y debilitar la democracia".
"Todo aquello que no puedan conseguir en las urnas lo intentarán conseguir a través de los medios y de ataques jurídicos en instituciones penetradas por la derecha e incluso por el "deep state", el estado profundo, que pone los servicios de inteligencia al servicio de intereses partidistas", concluye.
Monedero no ha sido el único en responder al anuncio del Gobierno de facto de Bolivia.
El expresidente Zapatero ofreció el 12 de enero una entrevista televisiva en la que calificó la situación como "surrealista".
"Esto no es solo delirio, sino surrealista porque yo no tuve ningún conocimiento de lo que pasó en esa embajada para nada. Me enteré por la prensa como otros muchos", dijo en declaraciones a La Sexta, donde confirmó que, en caso de confirmarse la citación, en ningún caso se prestaría a declarar.