Según cita The New York Times fuentes de la Administración estadounidense, varios altos cargos militares le presentaron al presidente la opción de asesinar a Soleimani entre varias otras sin pensar que la aceptaría. Después de rechazar inicialmente la propuesta el 28 de diciembre y, en su lugar, autorizar ataques aéreos contra un grupo de milicias chiíes apoyados por Irán, unos días después Trump finalmente dio luz verde a la respuesta más radical.
El 30 de diciembre, los informes de inteligencia sobre la situación en Oriente Medio mostraban que la situación en la región era la habitual. Las visitas de Soleimani y de su unidad de las Fuerzas Quds a Siria, el Líbano e Irak no eran inusuales y no representaban ninguna amenaza, asegura el periódico.
"El secretario de Estado, Mike Pompeo, y el vicepresidente, Mike Pence, fueron dos de las voces más agresivas que abogaron por una respuesta a la agresión iraní, según los funcionarios de la administración. La oficina de Pence ayudaba a vigilar las reuniones y conferencias telefónicas celebradas por los funcionarios en el período previo al ataque aéreo", afirma el texto de NYT.
Trump decidió liquidar a Soleimani en represalia por un ataque del 27 de diciembre a una base militar estadounidense que se llevó la vida de un civil. El Congreso no estaba al tanto de la operación, tampoco las autoridades extranjeras ni los funcionarios de la Casa Blanca a cargo de las relaciones públicas. El ataque provocó una escalada en el conflicto entre Washington y Teherán.