"Aquí no hay problemas insalvables, es una cuestión de voluntad política. Pero hasta el momento no vemos esa voluntad política por parte de los estadounidenses", dijo el diplomático a Sputnik.
El START III, suscrito el 5 de febrero de 2010, limita los arsenales de los dos países a un máximo de 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, desplegados y en reserva.
El viceministro ruso de Exteriores advirtió que la prolongación del START III es un proceso que requiere meses.
"La toma de la decisión de prorrogar el documento y la propia extensión son dos cuestiones distintas, ya que para prolongar el tratado el Ejecutivo debe presentar el respectivo proyecto de ley en el Parlamento", explicó.
La normativa, detalló, debe someterse a los debates en las dos Cámaras del Legislativo y una posterior votación.
"Todas estas etapas toman meses (...) por eso se debe tomar la decisión lo antes posible", zanjó Riabkov.
Altos funcionarios estadounidenses no consideran que la prórroga del tratado de armas nucleares sea urgente.
Estados Unidos insiste en un nuevo tratado que incluya a China, algo que el país asiático ya ha rechazado.
Moscú considera que se tomen en cuenta también los arsenales nucleares de Francia y Reino Unido, países que no participan en ningún proceso de control de armas.