"Estamos acostumbrados a que a Rusia la consideren interesada en todo lo que sucede en el mundo, el envenenamiento en Salisbury, el Brexit, Cataluña, hace poco nos recordaron en el contexto de la situación en Chile (...) No nos han acusado de lo que ocurre en Bolivia, y eso es verdaderamente extraño", dijo el canciller.
El jefe de la diplomacia rusa se extrañó también de que no se mencione a Moscú en relación con los conflictos en Irak y el Líbano.
"Algo está pasando en las mentes de aquellos quienes de manera habitual crean la agenda geopolítica", advirtió Lavrov.
El ahora expresidente de Bolivia, Evo Morales, dimitió el 10 de noviembre pasado en medio de violentas protestas y luego de que así se lo pidiera la policía y las Fuerzas Armadas.
La administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decidió concederle asilo político al exmandatario, alegando razones humanitarias y una situación de urgencia en Bolivia, donde su vida y su integridad corrían riesgo.
Elecciones presidenciales en Estados Unidos
Lavrov, bromeó con que Moscú "resolverá el problema" de las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos.
"Resolveremos el problema, no se preocupen", dijo Lavrov contestando a la pregunta sobre cómo Moscú se está preparando para las presidenciales que se celebrarán en EEUU el año que viene.
La semana pasada, los titulares del Departamento de Justicia, el Departamento de Defensa, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y otras instituciones estadounidenses, afirmaron que Rusia, China e Irán intentarán interferir en el proceso de votación en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2020 o influir en las preferencias de los electores.
En su opinión, los malintencionados podrían organizar campañas en redes sociales, difundir desinformación o lanzar ciberataques contra la infraestructura electoral.
Mueller no encontró colusión entre los funcionarios rusos y la campaña de Trump, pero dijo que Moscú intentó interferir en la elección.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que el informe de Mueller no contiene ninguna evidencia que respalde las acusaciones de que Rusia interfirió en el proceso electoral estadounidense.