El accidente "afectó enormemente mi vida, quiero justicia", argumentó Rowley cuya novia, Dawn Sturgess, murió por intoxicación con una sustancia neuroparalizante.
Según el medio, Rowley contrató al abogado Patrick Maguire que había representado los intereses de los afectados por el ataque islamista perpetrado en el puente de Westminster en 2017.
La defensa dice que Rowley sigue teniendo problemas de salud pero lo que más le preocupa es averiguar qué le sucedió.
Los británicos Charlie Rowley y Dawn Sturgess, fueron envenenados en Amesbury a finales de junio de 2018 con una sustancia contenida en un frasco de un perfume de contrabando, que el hombre había encontrado por la calle y regalado a su novia.
Nada más abierta la investigación del caso Skripal, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento y afirmó que la sustancia neuroparalizante en cuestión fue supuestamente desarrollada por químicos rusos.
Moscú rechaza de plano las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y envió decenas de notas diplomáticas al Foreign Office reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación, así como a los Skripal que son ciudadanos de Rusia.