Esper declaró días antes que "sería genial si Rusia se comportara como un país más o menos normal que compartiera los valores occidentales, los mismos que comparten EEUU, Francia y otros aliados de la OTAN".
Añadió que Rusia debería entonces también "destinar millones (de dólares) del presupuesto para interferir en los asuntos de otros países, como lo hizo el Congreso cuando encargó al Departamento de Estado de gastar 20 millones de dólares al año para promover la democracia en Rusia".
"Y seguramente deberíamos apoyar un golpe de Estado anticonstitucional, armado, como lo hizo EEUU con sus aliados cercanos en febrero de 2014, cuando la oposición ucraniana, bajo la presión de los radicales y los neonazis, rompió el acuerdo firmado por los países miembros de la Unión Europea", afirmó Lavrov.