El 5 de septiembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, inauguró por videoconferencia la planta de procesamiento de pescado más grande del país en la isla de Shikotan.
"Calificamos de inaceptable la nota de protesta de la parte japonesa. Las islas Kuriles del Sur pertenecen a Rusia legalmente en virtud de los resultados de la Segunda Guerra Mundial, por lo cual Rusia tiene derecho a tomar cualquier medida para el desarrollo social de sus territorios", señala la misión diplomática rusa.
La Embajada expresó la esperanza de "que Japón sea consciente de esta realidad".
"Creemos que tales acciones por parte de Japón no contribuyen a crear un ambiente favorable para el diálogo sobre el tratado de paz entre nuestros países. Partimos de que no son notas de protesta sino el trabajo conjunto destinado a cumplir los acuerdos de nuestros líderes sobre una cooperación integral lo que contribuye al fortalecimiento de las relaciones ruso-japonesas", añade la Embajada.
Durante décadas, Tokio ha condicionado la firma del tratado de paz con Rusia, un asunto pendiente desde 1945, a la devolución de las islas Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai.
Japón se escuda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia el 7 de febrero de 1855.
Moscú, a su vez, subraya que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética por acuerdos internacionales al término de la Segunda Guerra Mundial y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.