El diplomático destacó que el potencial de los ciudadanos de origen ruso que vive en otros países resulta enorme, y puede ser utilizado para subir el nivel social y económico de Rusia y mantener lazos amistosos con otros Estados.
"Ese potencial y su futuro auge resultan especialmente solicitados hoy en día, cuando la situación en el mundo permanece tensa y contra Rusia se está llevando a cabo una campaña de gran envergadura, que pretende frenar su desarrollo en todas las esferas", destacó el ministro.
Para Lavrov, no cabe duda de que "esas campañas antirrusas, acciones antirrusas y medidas carecen de perspectivas, y sus promotores ya comienzan a darse cuenta de eso".
La Cancillería, según el jefe de la diplomacia de Rusia, acoge con satisfacción y apoya sus iniciativas, incluida la creación por los entusiastas de los museos de historia y cultura rusas en sus países de residencia.
"Estoy convencido de que este trabajo destinado a consolidar aún más el mundo ruso, multinacional, polifacético y compuesto por muchas religiones, que conserva plenamente su importancia e incluso puede hacerse aún más crucial", subrayó.
El Museo del Exilio ruso es el primer centro estatal que presenta la diáspora residente fuera del país, y fue creado sobre la base de la Casa de los Rusos en el Extranjero, que lleva el nombre de Alexandr Solzhenitsin.
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