Desde La Habana el historiador Froilán González dijo a Sputnik que existe una indignación generalizada entre la población cubana por la política del gobierno de EEUU. "Salvo algún que otro anexionista, la mayoría de la población está indignada con esta medida", aseguró.
"Esta ley tiene que exigir a todo el que reclame en EEUU bajo la ley Helms Burton que no se tendrán en cuenta aquellas propiedades adquiridas durante ni después de la primera intervención estadounidense en Cuba en 1898, ni durante los cuatro años de ocupación en la isla", explicó González.
"Tiene que ser antes de esos hechos y nunca después porque Cuba se convirtió en un apéndice de los EEUU, fue una república mediatizada y esto incluye la ilegalidad de la Base Naval de Guantánamo", denunció.
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El experto además comentó cómo los reclamantes en EEUU, que exigen compensación por las propiedades de sus padres o abuelos, deben estar conscientes de tendría ellos que responder por los delitos de muchos de esos familiares antes de abandonar la isla.
"¿Los mafiosos dueños de los hoteles en Cuba antes de 1959 van a responder también por los asesinatos? ¿quién responde por los desalojos de las familias campesinas?, se preguntó este historiador desde La Habana.
Antes del triunfo revolucionario, el agricultor cubano disponía como promedio de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar. El 60% de ellos vivía en bohíos de techo de guano y de piso de tierra, sin letrina sanitaria, ni agua corriente, y el 44% nunca había asistido a una escuela, según datos de Ecured.
De esta época González también recordó cómo la mayoría de las playas en Cuba eran privadas, y no podían entrar los pobres ni los afrodescendientes.
"Por eso nos parece que si ellos (los demandantes en EEUU) exigen, ¡nosotros también!", reclamó el historiador.
"De hecho la manifestación del 1 de mayo en Cuba fue una respuesta y una muestra elocuente del sentir de los que aquí vivimos", concluyó González.
En el Día de los Trabajadores más de un millón de cubanos marcharon en La Habana, acompañados de representantes de más de 100 países y de 140 organizaciones sindicales de varios puntos del planeta.
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