Esta decisión fue tomada por el Consejo de Seguridad Nacional a pesar de la advertencia de Estados Unidos de una posible amenaza. La decisión de May también ha causado preocupación entre los socios de la alianza de inteligencia 'Cinco Ojos', así como en el establecimiento político del propio Reino Unido.
Es importante entender que, a diferencia de Estados Unidos, Huawei ya está presente en la infraestructura de telecomunicaciones del Reino Unido. La empresa china ha creado 1.500 empleos y ha acumulado inversiones de más de 2.000 millones de libras (2.600 millones de dólares).
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Además, Sun Yafang, el presidente del consejo de administración de Huawei, prometió invertir otros 3.000 millones de libras esterlinas (3,9 millones de dólares) en los próximos cinco años. Con la incertidumbre del Brexit, cuando el país puede estar aislado de sus socios europeos, estas inversiones a gran escala son una oferta atractiva. Por lo tanto, el Reino Unido ha dado un paso pragmático basado en la realidad y en sus propios intereses, le comentó a Sputnik el director del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nanjing, Zhu Feng.
"El hecho de que el Reino Unido haya permitido a Huawei participar en la creación de las redes 5G es el resultado de un análisis objetivo de la situación. Los países de occidente entienden que no hay ninguna razón real para llamar a Huawei una amenaza a la seguridad nacional, como lo hace Estados Unidos", recalca el experto.
Además, desde el punto de vista de la comercialización de 5G en todo el mundo, Huawei tiene una posición muy fuerte, así que no le resulta beneficioso para el Reino Unido prohibir los productos de la compañía solo porque Estados Unidos los considera inseguros.
En general, en la UE Huawei ocupa el 31% del mercado de la infraestructura celular. Para comparar, su competidor más cercano, Ericsson, tiene una participación del 29%. Por lo tanto, las posibilidades de presión para Washington son muy limitadas. Incluso si Londres va en contra de su aliado estratégico más importante, otros países bien podrían ignorar los requisitos estadounidenses de restringir las actividades de Huawei, cree Zhu Feng.
"¿Podría ese desacuerdo tener un impacto en las relaciones entre Londres y Washington? No creo que sea considerable. Gran Bretaña es el aliado más importante de Estados Unidos y a pesar de que formalmente se permitió a la empresa china participar en la construcción de las redes 5G, aún no se sabe quién ganará la licitación. Hasta ahora, no hay necesidad de hablar sobre impacto alguno en las relaciones entre las dos potencias", pondera el politólogo.
Al menos una cosa está clara ahora: la estrategia de Trump de prohibir Huawei en todo el mundo no es factible, concluye.