La presentación de la obra de la historiadora y etnógrafa rusa Nadezhda Emeliánova, titulada 'Un guerrero en el campo de batalla. Iván Belaieff', contó con la asistencia de familiares del general Belaieff (1875-1957), el embajador de Paraguay en Rusia, Ramón Díaz Pereira, autoridades de San Petersburgo y numeroso público, principalmente docentes y alumnos de universidades y colegios locales.
"Creo que ha quedado en el corazón de todos los paraguayos la presencia de los rusos y el general Belaieff, y ese sentimiento ha sido trasladado a esta época (...) Nos encontramos en cierto modo identificados y nos encontramos también unidos por esta persona", dijo a Sputnik Díaz Pereira.
El diplomático elogió el libro de Emeliánova y lo calificó de "impecable trabajo de investigación".
"Para hacer esta obra ella tuvo que trasladarse hasta el Paraguay, vivir en el Paraguay y recorrer por los lugares donde se destacó el general Belaieff", indicó.
El general ruso llegó a Paraguay en 1924, cuatro años después de que abandonara la recién proclamada Rusia soviética, donde había participado en la guerra civil del lado de las fuerzas 'blancas' (antibolcheviques).
Su conocimiento del Chaco y el apoyo de los indígenas le permitieron descubrir la laguna de agua dulce Pitiantuta, que "fue un elemento estratégico muy importante durante la guerra del Chaco porque proporcionó agua durante toda la guerra a las tropas paraguayas en un terreno seco y desértico", señaló Díaz Pereira.
En 1933, Belaieff fue nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército paraguayo y se dedicó a planificar operaciones militares durante la guerra del Chaco.
"Además de eso, valoramos la faceta humanitaria de la figura del general Belaieff: él dedicó su vida a los aborígenes de la parcialidad maká, a los que acompañó y enseñó, y muchos lo consideran como padre espiritual hasta hoy", dijo el diplomático, al agregar que los restos del general reposan en los terrenos que ocupa la comunidad maká.
El legado de Belaieff también incluye poemas. El embajador comentó que durante la ceremonia en San Petersburgo hizo entrega de una placa conmemorativa con uno de ellos, dedicado a Paraguay, a la Biblioteca Presidencial.
La vida del general Belaieff y otros oficiales rusos afincados en Paraguay hacen que los paraguayos sientan "un profundo respeto y una profunda admiración" por el pueblo ruso, expresó Díaz Pereira.
"En los últimos años hay una recuperación histórica del valor del aporte que han dado los rusos en nuestro país en todos los ámbitos", dijo el diplomático.
En el área cultural, señaló que bailarinas rusas contribuyeron a la introducción del ballet clásico en Paraguay y que uno de los pintores contemporáneos más importantes del país, Jorge von Horoch (1941-2016), fue descendiente de un ruso.
Además, mencionó a otro general nacido en el Imperio ruso, Stephan Vysokolan, que hizo una carrera militar posterior a la guerra del Chaco y "fue quien organizó la artillería" en Paraguay.
"Así que la impronta dejada por los rusos ha sido extraordinaria", concluyó el embajador paraguayo.
El Chaco es una extensa región del centro de América del Sur, caracterizada por sus extensas planicies boscosas, y que se reparte entre los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil.
Un cuarto del territorio en litigio quedó para Bolivia y tres cuartos para Paraguay; el tratado de paz se firmó en 1938 y el acuerdo limítrofe final se alcanzó en 2009.
La guerra del Chaco, el conflicto más sangriento en América Latina durante el siglo XX, dejó un total de 100.000 muertos.