"Esperamos que la distribución de los fondos recaudados no sea politizada y su mayor parte estará dirigida a restablecer la normalidad en los territorios controlados por las autoridades sirias, incluyendo el garantizar una vida digna y un lugar para vivir para los refugiados del campamento de Rukban", dice el comunicado conjunto.
En la conferencia, el coordinador humanitario de la ONU para Siria, el griego Panos Moumtzis, destacó la necesidad de crear las condiciones necesarias para que los refugiados puedan salir del campamento de Rukban y seguir adelante con su vida.
Los centros de coordinación de Rusia y de Siria denunciaron el 12 de marzo la crítica situación que se vive en el campo de Rukban por falta de agua potable: según esos entes, por cada residente no hay más de cinco litros por día.
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Rukban está situado en la zona de Al Tanaf, controlada por las tropas estadounidenses.
El pasado 16 de febrero, el Gobierno sirio decidió crear con la ayuda de Rusia dos corredores humanitarios para que los refugiados sirios de Rukban puedan trasladarse de forma voluntaria a los lugares de residencia que deseen, y anunció que los puestos de control en las localidades de Jleb y Jabal al Ghurab ya empezaron a funcionar.
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Según el Ministerio de Defensa ruso, el 95% de los sirios del campo de Rukban buscan abandonarlo, y de ellos unos 35.500 quieren regresar al territorio controlado por el Gobierno sirio.
