Mientras el presidente Donald Trump tomó como argumento que ampliar el muro entre México y Estados Unidos es necesario para responder a una "crisis humanitaria", las cifras desmienten esa situación.
El problema del Gobierno de Trump en la frontera con México no es de seguridad, señaló el periodista Jonathan Blitzer para el New Yorker, sino administrativo, porque su sistema no está preparado para recibir familias que llegan con niños, sino hombres adultos, como antes.
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"Lo que Trump menciona no tiene sentido. Él tal vez se esté basando en los sucesos en la zona fronteriza de Tijuana, cuando más de 1.000 personas quisieron entrar de forma intempestiva. Pero esta es una crisis muy compleja porque todo el mundo quiere llegar a Estados Unidos", opinó para Sputnik José María García, director del albergue para migrantes Juventud 2.000 en la fronteriza Tijuana.
"Creo que es un pretexto para poder hacer lo que tanto ha anhelado: ese gran muro dividiendo ambos países", agregó. El tema que sí le preocupa a García es la cancelación del fondo de apoyo a los migrantes mexicanos deportados desde Estados Unidos del presupuesto federal mexicano para el año 2019.
García indicó que durante el 2018 habían promovido un aumento de ese fondo para atender a los mexicanos deportados y que ascendiera a 1.000 millones de pesos mexicanos (unos 52,6 millones de dólares) para repartirlos en todo el país.
"Pedimos ese monto considerando que las remesas que envían los migrantes residentes en EEUU son de más de 28.000 millones de dólares anuales, que entran de forma efectiva y llegan al Gobierno por medio de los impuestos", argumentó García.
"El diputado no nos dio el monto, pero a la prensa le dijo que son 200 millones de pesos mexicanos [10,5 millones de dólares]", sostuvo García. Es decir, un monto menor al que se destinaba a los mexicanos deportados y que había sido denunciado como insuficiente.
"Consideramos que no están previendo las necesidades de nuestros deportados. Probablemente nuestro señor presidente [Andrés Manuel López Obrador] no está debidamente asesorado de lo que pasa en nuestras zonas fronterizas", dijo.
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García explicó que además de la debilidad con la que llega un deportado, sin pertenencias y a veces sin familia a la que recurrir, hay cientos de mexicanos desplazados internos que "tienen problemas muy fuertes de seguridad en algunos estados del país". "Eso está quedando de lado y no se está previendo esta problemática tan complicada que tenemos en nuestro propio país", aseguró.