Si las relaciones diplomáticas entre los países vecinos ya estaban notoriamente reducidas —al día de hoy mantienen encargados de negocios y no embajadores en sus respectivas misiones- la expulsión de un funcionario local venezolano en Colombia bajo una presunta amenaza a la seguridad pública echa gasolina a una llamarada viva.
Sin embargo, en los últimos tres Gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010), Juan Manuel Santos (2010-2018) e Iván Duque (2018-), las intenciones de Bogotá han sido "interferir cada vez más en los asuntos de Venezuela". Duque, incluso, ha llegado a llamar "abiertamente" a derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro, resaltó el analista.
"No es una cosa que ocurra ahora, sino que recientemente ha habido una actitud mucho más desembozada y abierta, rompiendo todo tipo de norma diplomática", aseveró Rodríguez Gelfenstein, quien opinó que se trata de "una situación que está teledirigida desde EEUU".
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Entre estas destacó la concentración de paramilitares colombiana con Venezuela con uniformes militares de otros países, "generando condiciones para una provocación que pueda desencadenar un problema mayor".
Carlos Manuel Pino García, de nacionalidad venezolana, se desempeñaba como asesor político de la embajada de su país en Bogotá. El 20 de diciembre se tomó la decisión de deportarlo y negarle el acceso a Colombia durante 10 años. Luego de ese período deberá pedir un visado si quisiese volver.
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Rodríguez Gelfenstein recordó que hace unos días se reunió en Bogotá el Grupo de Lima, la coalición de países latinoamericanos que tiene como fin seguir de cerca la situación en Venezuela que ha llevado adelante nueve reuniones, en las que se han adoptado seis declaraciones a nivel ministerial y una presidencial hostiles hacia el Gobierno de Nicolás Maduro.
En esta instancia, los países participantes (que desconocen el resultado de las elecciones presidenciales venezolanas de 2018, en las que se reeligió a Maduro) trataron estrategias comunes a adoptar con Caracas a partir del 10 de enero, fecha en la que el presidente venezolano renovará su cargo por otros cinco años.
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Durante las reuniones, el canciller de Perú, Néstor Popolizio, llegó a sugerir que la "consecuencia natural" era que los países del grupo de Lima rompiesen relaciones diplomáticas con Venezuela.
"Todo eso forma parte de todo el proceso de creación de condiciones para una intervención extranjera en Venezuela. El Gobierno de Colombia está inserto en una situación de crisis interna", indicó Rodríguez Gelfenstein.
En muchas ocasiones, los migrantes venezolanos son tratados de manera hostil en el país vecino. Según Rodríguez Gelfenstein, ha habido "una gran manipulación" del tema por parte de los medios, que han caído en generalizaciones y han redundado en una imagen distorsionada.
"La mayor parte de los que están migrando son colombianos que vivían en Venezuela y están regresando a su país. Entonces es contradictorio que en su propio país los reciban con rechazo. En todo caso, creo que el envenenamiento que hay en los medios de comunicación respecto de Venezuela es brutal", destacó.